-mientras saboreaba el dulce volvió a introducirlo en la boca de la azabache entrando en ese lugar de había dado de cuenta que era un ambiente sumamente distinto al de una tienda cualquiera, se apartó de ella mirando las distintas vitrinas que adornaban el lugar- yo no veo nada de especial en ellos... ¿Serán dulces? -mientras los juzgaba como un juez volvió a tomarle del meñique esperando el pastel que le prometió-