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Tighnari · 26-30, M
Final que no se hizo esperar cuando el arquitecto golpeó la mesa y los palitos de madera se vinieron abajo, tal como esperaba. Atinó a alzar la copa de Cyno para que no fuese a derramarse su contenido. —No puedes decir que no te lo advertí.— Resopló levemente, aunque sabía que era mucho pedirle a su amigo estando bajo la influencia de más de una copa de vino. Se encogió de hombros, para que estresarse por algo que no estaba en manos de ninguno. —Como sea, creo que es nuevo récord.— Comentó tratando de aligerar la tormenta que seguro vendría sobre Haitam. —Yo invito la siguiente ronda por tu logro. ¿Todos quieren más vino o va siendo hora de un café?— Esa era pregunta más para Kaveh, de todos modos alzó su mano para llamar la atención de algún mesero.
Tighnari · 26-30, M
Alcoholizado o no, Kaveh decía la verdad, el escriba si no sabía cuándo detenerse al dar una opinión y sobre todo si se trataba del arquitecto; para ese par pelear y discutir por nimiedades era como respirar, si no lo hacían es que seguramente algo malo sucedió. Suspiró profundamente apesadumbrado, a éste paso si seguía fijándose en lo que haría el otro solo iba a finalizar en la demolición de la estructura, lo cual era un logro con el rubio bajo las influencias del vino.
—Si ésto se viene abajo solo diré que se los dije y va para ambos.— Reprochó con suavidad, después de todo lo que sea que pudiese decir, no iba a cambiar la dinámica entre sus amigos. Simplemente tomó su asiento y esperó pacientemente a que pasará lo inevitable, pero no iba a ser sin otro poco de vino que robó cautelosamente de la copa de Cyno, quién parecía interesado también en el inevitable desenlace. (...)
—Si ésto se viene abajo solo diré que se los dije y va para ambos.— Reprochó con suavidad, después de todo lo que sea que pudiese decir, no iba a cambiar la dinámica entre sus amigos. Simplemente tomó su asiento y esperó pacientemente a que pasará lo inevitable, pero no iba a ser sin otro poco de vino que robó cautelosamente de la copa de Cyno, quién parecía interesado también en el inevitable desenlace. (...)
SW-User
Ante el llamado de Tighnari, Kaveh regresó la vista a los palitos de madera. Una. Dos. Tres... Seis veces quizá, mientras que seguía atento a cualquier cosa que hiciera el escriba además de observar la torre. Estaba esperando el comentario mordaz, la observación no solicitada y la objetividad de un experto que parecía conocer de todo lo que se enseñaba en las Seis Escuelas.
— Ahora no. ¡Pero lo harán! Tan solo míralo, está esperando el momento adecuado para burlarse de mí. —Farfulló. El alcohol se le subía rápidamente a Kaveh y eso lo hacía, quizá, más sincero de lo que habitualmente era. Finalmente, tras largos minutos que le parecieron una eternidad, la pieza temblorosa se posicionó en la parte superior de la torre que se bamboleó solo unos segundos antes de quedarse completamente firme.— JAH, ¡en tu cara señor Gran Sabio! —Añadió mientras que se reía del escriba, sin embargo, de la emoción, golpeó la mesa con la mano y la torre se vino abajo en un santiamén.—¡...!
— Ahora no. ¡Pero lo harán! Tan solo míralo, está esperando el momento adecuado para burlarse de mí. —Farfulló. El alcohol se le subía rápidamente a Kaveh y eso lo hacía, quizá, más sincero de lo que habitualmente era. Finalmente, tras largos minutos que le parecieron una eternidad, la pieza temblorosa se posicionó en la parte superior de la torre que se bamboleó solo unos segundos antes de quedarse completamente firme.— JAH, ¡en tu cara señor Gran Sabio! —Añadió mientras que se reía del escriba, sin embargo, de la emoción, golpeó la mesa con la mano y la torre se vino abajo en un santiamén.—¡...!
Tighnari · 26-30, M
Inconscientemente hasta él acabó aguantando la respiración, acatando las órdenes de Kaveh, verle así de frustrado era contagioso y a decir verdad el que esa torre si se mantuviera de pie pese a que los palitos que funcionaban como soporte ya no estaban, hacían de todo aún más sorprendente.
Más que nada lo que le erizaba los pelos era que Kaveh ya no estaba tan sobrio que digamos, no sabía como lograba que esa construcción no se fuera hacia abajo en ese estado. Y casi se le detiene el corazón cuando el arquitecto desvió la mirada a Alhaitam, una distracción podía costarle la estabilidad de su estructura.
—Ojos en la construcción Kaveh, no te distraigas, ellos no están haciendo nada.— Comentó tranquilamente, por si acaso miró a sus otros amigos. Cyno simplemente estaba atento; a Haitam si le lanzó una mirada de advertencia ya que parecía no rendirse con opinar.
Más que nada lo que le erizaba los pelos era que Kaveh ya no estaba tan sobrio que digamos, no sabía como lograba que esa construcción no se fuera hacia abajo en ese estado. Y casi se le detiene el corazón cuando el arquitecto desvió la mirada a Alhaitam, una distracción podía costarle la estabilidad de su estructura.
—Ojos en la construcción Kaveh, no te distraigas, ellos no están haciendo nada.— Comentó tranquilamente, por si acaso miró a sus otros amigos. Cyno simplemente estaba atento; a Haitam si le lanzó una mirada de advertencia ya que parecía no rendirse con opinar.
SW-User
— ¡Que nadie se atreva a mover la mesa! No muevan las manos ni los pies. Si alguno de ustedes respira de manera demasiado ruidosa mi torre se va a caer.
La frustración era notoria en el rostro de Kaveh, siquiera podía notarse cómo el alcohol comenzaba a subirse cuando estaba tan concentrado en armar la torre más alta que pudiera con palitos de madera. Debía ser un trabajo fácil para cualquier alumno de Arquitectura, pero para él que era la Luz de Kshahrewar, era un reto que debía cumplir incluso con los ojos cerrados. Y aún así la mano le temblaba, por culpa del alcohol, del nerviosismo o que no podía quitarle de encima la mirada a Alhaitam que parecía estar a punto de abrir la boca para hacer una observación más sobre cuán inestables era sus cimientos.
— Tighnari, vigila a ambos. Háblales de plantas o yo qué sé. Solo no dejes que me desconcentren o tendré que empezar otra vez.
La frustración era notoria en el rostro de Kaveh, siquiera podía notarse cómo el alcohol comenzaba a subirse cuando estaba tan concentrado en armar la torre más alta que pudiera con palitos de madera. Debía ser un trabajo fácil para cualquier alumno de Arquitectura, pero para él que era la Luz de Kshahrewar, era un reto que debía cumplir incluso con los ojos cerrados. Y aún así la mano le temblaba, por culpa del alcohol, del nerviosismo o que no podía quitarle de encima la mirada a Alhaitam que parecía estar a punto de abrir la boca para hacer una observación más sobre cuán inestables era sus cimientos.
— Tighnari, vigila a ambos. Háblales de plantas o yo qué sé. Solo no dejes que me desconcentren o tendré que empezar otra vez.
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