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Finalmente algo de calma. Terminó de registrar en sus bitácoras unas observaciones que llevó a cabo con Collei. Patrullaron por un largo rato con la finalidad de estudiar el comportamiento y particularidades de algunos flotihongos. Era una rutina bastante tranquila para que la menor no se esforzara de más. Y ya que había insistido en acompañarle a explorar, prefirió hacer algo que no fuera muy desgastante. Si bien ha sido un recorrido bastante relajado, fue bastante productivo. Además del cometido principal, había logrado colectar muestras de otros especímenes de hongos en el camino.
 
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Tighnari · 26-30, M
Sus ojos se iban cerrando lentamente, su respiración se había tornado acompasada. Una tenue brisa acariciaba su piel con suavidad por estar acostado en lo alto del árbol, era una sensación bastante agradable que solo lo hacía arrullarse más. Suspiró con delicadeza, disfrutando de una calma más que merecida.

Con el pasar de los minutos, ya estaba disfrutando de un sueño ligero. Aún era consciente de todo a su alrededor, al menos de los sonidos, sus orejas se movían de tal forma, alerta, pero continuaba descansando.

Desafortunadamente, todo buen momento tiene que llegar a su fin; y éste buen momento culminó antes de la media hora estimada cuando los gritos de los guardabosques se hicieron presentes, solicitando ayuda por otro irresponsable que había ingerido un hongo desconocido. Su cola se erizó y sus ojos se abrieron con algo de fastidio por el ruido. Era hora de volver al trabajo.
Tighnari · 26-30, M
Subió con agilidad por aquel gran árbol, quedando a unos cuantos centímetros del suelo, dispuesto a ponerse cómodo y al menos dormir una merecida media hora sin interrupciones. Es por eso que eligió una de las ramas más altas para tomar asiento y lo suficientemente gruesa para poder recostarse sin miedo a girarse en sueños y caer.

Continuando con su rutina de relajación, pese a no tener mucho cabello que amarrar, ató éste en una coleta para que estuviera despejada el área de su nuca y estar fresco en lo que duerme.

Ahora sí, sin más antelación, se recostó cuidadosamente, su cuerpo destensándose conforme se iba estirando en esa posición. Alzó y flexionó sus brazos detrás de su cabeza para que cumplieran función de almohada al igual que su cola, la cual acolchonaba parte de la rama donde había extendido las piernas. Estaba tan relajado ahora mismo que naturalmente dio un bostezo. Ya sólo quedaba esperar a que el sueño se apropiara de él para dormir finalmente.
Tighnari · 26-30, M
Aunque sus planes de cualquier modo consistían en descansar, disfrutaba pasarlo fuera de las cabañas y un poco alejado de la aldea Gadharva. Y no porque le disgustase quedarse ahí, pero el bosque le proporcionaba cierta calma que su cabaña no. Adentrándose al bosque, estaba más en contacto con la naturaleza que tanto le gusta estudiar e investigar. Sus grandes orejas captaban con facilidad los sonidos del crujir de hojas, o del viento que acariciaba el follaje de los árboles. Incluso el trinar de algunas aves.

Con cada paso que daba, se sentía cada vez más relajado lejos del bullicio de su aldea, la tensión de sus músculos se iba soltando y el peso del cansancio se iba disipando durante su pequeño recorrido.

Hasta que llegó a un gran árbol donde había una sombra decente, aún así, dicho árbol estaba a una distancia considerable de la aldea en caso de que su asistencia fuera requerida por los demás guardabosques.
Tighnari · 26-30, M
Después de aquel pequeño recorrido, ahora era pertinente tomarse un descanso. Dejó los hongos ordenadamente en unos recipientes de cristal que tenía en su mesa de trabajo para su futuro análisis; seguido, cerró y ordenó sus bitácoras del día para proseguir con su trabajo en cuanto finalice su hora de descanso. A su vez, mandó a Collei a reposar. La peliverde ha mejorado considerablemente su condición, pero no podía evitar ser precavido con ella para mantener las cosas estables.

Dando un último vistazo, quedó satisfecho de ver su área de trabajo en orden por lo que decidió salir de su cabaña. Hacía un clima templado bastante agradable como para quedarse en casa acostado en cama sin aprovechar el buen tiempo.

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