Estaba haciendo un conteo del inventario de las medicinas que tenían en caso de algún viajero intoxicado o con cualquier otro padecimiento cuando llegó un rostro desafortunadamente más que conocido, una guardia forestal que venía muy seguido a solicitar su asistencia por su compañero descuidado. Suspiró con algo de desgano para acercarse a la chica en cuestión. —Creo que ya habíamos tenido ésta conversación en más de una ocasión...— Dejó sus notas en una caja de madera para volver donde la pobre mujer. —¿Ahora que le sucedió a tu compañero? Luego le haré llegar su cuenta..—