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Tighnari · 26-30, M
Fue difícil contener la mirada de escepticismo que dirigió a Paimon y no es que quiera ser rudo con ella, es solo que su tolerancia con comentarios así no era la mejor, sobretodo cuando realmente dichos comentarios no eran de algún aporte. Suspiró brevemente. Admiraba la paciencia de la rubia, pero suponía que al ser ambas compañeras de viaje ya estaba acostumbrada a éstas cosas, además de que inevitablemente se había formado un lazo de compañerismo entre ambas.

Finalmente su atención volvió donde Lumine. —Ya veo. Recuerda proceder con cuidado y si te encuentras en algún predicamento están los guardias forestales.— Ofreció esa advertencia rutinaria que decía a los aventureros que iban a explorar en el bosque. De pronto recordó repentinamente parte de la razón de su paseo del día. —Retomando el que tengas cuidado, he recibido reportes de un aumento de zonas marchitas. Justo iba camino a purificar algunas de las zonas. ¿Tienes inconveniente que te haga compañía? Solo será un momento.
Lumine · 22-25, F
Sonrió aliviada al poder serle de ayuda a Tighnari. No podía imaginar las complicaciones de tener unas orejas cómo las suyas. Claro, las ventajas eran notorias por su agudo sentido auditivo, pero ahora presenciaba una de las desventajas. Paimon, por su parte, no tardo en dar su comentario oportuno. — B-bueno pero en cierto modo Paimon tenia razón, necesitabas algo con que cubrirte, ¿No? — La pequeña volteo con su acompañante, buscando algo de apoyo, recibiendo una ligera palmada en su cabeza. Por su parte, la viajera debía responder aquel cuestionamiento realizado. —Me alegra que estés bien. Nosotras sólo estábamos reuniendo materiales que nos pidieron para un encargo. Rosas de Sumeru y polvo de hongos. —
Tighnari · 26-30, M
Se sintió realmente aliviado además de agradecido cuando la rubia le prestó la bufanda, aceptó ésta inmediatamente y la colocó como turbante sobre sus orejas, sintiendo consuelo de ya no sentir el aire lastimando éstas. Incluso su cabeza dolía por el zumbido incesante. Una vez más compuesto, se irguió un poco, debido a que por la molestia se había encogido en sí mismo.

—Te lo agradezco mucho Lumine, salí a prisa a terminar unos pendientes, quería recoger unos cuantos especímenes biológicos nuevos para estudiar. Debí haberme preparado cómo es debido.— La tela de su cabeza se mueve ligeramente, ya que su oreja reacciona al contacto de la misma. Carraspea un poco para desviar la atención de la reacción natural. —¿Qué te trae por el bosque, puedo asistirte en algo?—
Lumine · 22-25, F
Estaba a punto de regañar a Paimon por su imprudente comentario. No era el primero ni el último que le escuchaba decir desde que se conocían, y en ocasiones hasta le causaban cierta gracia pero había momentos en los que no los consideraba tan atinados, habría que llamarle la atención al respecto. Antes de querer decir palabra alguna, escuchó la petición del guardabosques. Le observó incrédula por unos instantes, reaccionando sobre la utilidad de aquella prenda. — ¡Adelante! Toma, no te preocupes. — Con cuidado, retiro aquella bufanda, ofreciendo esta al contrario.

Si bien, la anatomía de Tighnari le resultaba curiosa, no era el primero con unas características como las suyas. Estaban Sacarossa, Diona y Gorou. Eso sí, cada cual con sus individualidades, Lo que le llamaba la atención era que, aquellos otros individuos, en ocasiones le parecían estar apenados por su peculiar apariencia, hasta recelosos. Por lo cual, habría optado por no preguntar al respecto.
Tighnari · 26-30, M
Maldecía internamente haber olvidado ese trozo de tela que luego llevaba consigo mismo como bufanda, podría haberse cubierto con éste las orejas y no estar pasando por éste predicamento ahora mismo. Pensaba en una posible solución al igual que la viajera hasta que su acompañante sugirió un gorro. Se quedó viendo estupefacto sinceramente. Por lo que solo resopló. —Si tuviera uno no me estaría cubriendo las orejas con mis propias manos Paimon.— Comentó de malas, ya el aire era suficiente como para aguantar también la voz de la acompañante de Lumine. ¡Ah! Miró con algo de esperanza a la viajera. —Lumine, tu bufanda. ¿Podrías prestarmela? Prometo devolverla.—
Lumine · 22-25, F
Cruzó sus brazos, mientras se concentraba buscando una posible solución para este problema tan cotidiano. Guardo absoluto silencio, el cual, rápidamente fue interrumpido por la aguda voz de su acompañante. — ¿¿Y si usas un gorro?? — comentó Paimon, pensando que había encontrado la respuesta. Por su parte, la viajera solo optó por apoyar su mano diestra contra su frente, apenada por la ocurrencia de la pequeña.
Tighnari · 26-30, M
Presionaba sus orejas con fuerza para evitar que el viento le siguiera lastimando, no era una sensación agradable. —El viento es tan molesto, siento que mis orejas van a estallar Lumine.— No pudo evitar quejarse.
Lumine · 22-25, F
— Tighnari, ¿estás bien? — Murmuró al percatarse la posición en la que este se encontraba.

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