Apenas cerró la puerta tomó el móvil…—Matheo, es sobre grey, el consejo quiere que responda sobre su conducta— Comenzó de forma seca a hablar con aquel sujeto. —No, es un asunto con los superiores, yo me encargo, solo mantente fuera de esto y mantén lejos a la mocosa…— Hubo un silencio por parte de Dhamer, sin duda algo reclamaba su único amigo y el instructor de aquel chico, —Es una jodida orden, ¿realmente quieres que sea más claro que eso? — Dijo antes de terminar la llamada, el plan estaba en movimiento y solo tardaría unos minutos en dar las indicaciones y regar los rumores, volteó por última vez a la oficina donde el chico esperando verlo por el cristal de esta, lo dejaría en un mundo hostil por unas horas aunque no tenía duda que él podría mantenerse vivo en ese ambiente.
—Pero ahora, nos encargaremos de descubrir quien hizo esto… Toma tus cosas, tendrás una misión especial el día de mañana, es tu misión, no le digas a nadie más, ni Matheo, ni Kaalia, ni nadie más, mañana tres de la mañana en las celdas de confinamiento, no llegues tarde— Hizo una pausa tras ponerse de pie y avanzar a la puerta deteniendo por completo su andar y sin voltear a verle volvió a hablarle, —Una cosa más, por las horas que restan escucharás cosas sobre ti y la organización, escucharás que hablan a tus espaldas, algunos querrán hacerse los héroes y saltarán a enfrentarte, recuerda cada palabra, cada persona y sin importar nada hasta que terminemos respondes a mí y solo a mí, tu trabajo hasta esa hora es simple, sobrevivir. — Tras ello salió cerrando la puerta, era claro, Theodore liberaría el rumor que la persona que envió esas fotografías y expedientes deseaba que se liberara, la diferencia claro era que solo se trataba una pantalla para cubrir las verdaderas intenciones,
—Tu no, a diferencia de Mathias se perfectamente que morirás por la patria porque ese es tu trabajo, el suyo es vivir y el tuyo es entregar tu vida, lo he sabido desde que te vi entrar por esa oficina, no te equivoques grey, tu nunca estuviste buscando una forma de vivir, tú estabas buscando una causa para entregar tu vida, y aquí la encontraste, por eso la lealtad…— Dijo cerrando el expediente, y tomándolo con la mano derecha. —Pero no morirás porque un idiota intenta manchar tu historial, tampoco morirás porque alguien trata de culparte y de hacerte ver como una bestia sin rumbo, no, cuando mueras yo mismo me encargare de hacer una guardia de honor mocoso. — Admitió para voltear a verle, Theodore era una persona que podía cumplir su palabra y esa era una de las que cumpliría.(...)
—Mathias fue el último que conozco que realmente valiera la pena, es por eso que sigue aquí, me recuerdas bastante al bastardo, testarudo, un poco… Loco cuando debía, una bestia imparable en combate con una lealtad inquebrantable, la diferencia, mocoso es que él sabe y siempre lo ha hecho que sirve mucho más con vida que sin ella—. Desvió la mirada y avanzó hasta las fotografías repasando estas una y otra vez, eran trabajo de un carnicero y ese animal que tenía en esa oficina no lo era, no Ronan no era un carnicero, era una bestia funcional que si bien cedía a la rabia también planeaba, pensaba y era capaz de razonar.(....)
compartirían era eso, por parte de la niña el constante recordatorio de quien era, de lo que se esperaba y el cuestionamiento de si merecía estar ahí, para Theodore el continuo recuerdo de sus fallos y errores.
—Guarda silencio niño. — Advirtió de vuelta de manera seria y distante, no había duda que no iba a repetirlo entonces avanzó hasta donde él se encontraba y le miró de arriba abajo, —¿Sabes lo que se ha invertido en convertirte en lo que eres? — Preguntó, pero claro aquello no era un asunto de dinero, e trataba de algo más, de trabajo puesto en cada segundo de su entrenamiento, de la educación dada, de la comida brindada, del techo, de cada limpieza que se debía hacer cuando alguien se preguntaba por un mocoso irlandés trabajando para la patria. (...)
no era solo una bestia salvaje que soltaban para hacer el trabajo sucio y que parecía tener madera de un verdadero depredador.
Escuchó atento las conjeturas del mocoso, ya un poco más relajado el mayor parecía tener paciencia, sin embargo esperaba como finalmente ocurrió que el rubio terminara por joder aquello, apretó el puño derecho ante la mención de Kaalia, no, no le molestaba su relación con Ronan, estaba más que enterado de todo, era su trabajo el saber todo lo que ocurría dentro de la organización, si no sabía algo, si algún detalle escapaba no solo hacía mal su trabajo también ponía en riesgo aquello que había construido durante todos esos años. Lo que realmente molestaba a Theodore era esa naturalidad con la que el un miembro de los vipers recordaba que era su hija, lo dijo cuándo la mocosa fue a verle, no tratos especiales, no títulos en su nombre, era una hija de la organización y sin embargo el apellido lo llevaría como una marca, lo único que ambos (...)
Paciencia y frialdad, esa era la diferencia entre Theodore Dhamer y sus allegados, Mathias, su pupilo y mejor amigo tenía una frialdad distinta, cortante, hiriente un cinismo propio que lejos de no mostrar interés por las cosas mostraba repudio por ellas, era franco, y leal, por eso es que siempre lo vio como alguien correcto para entrenarlos, no se frenaría si debía de castigarlos y no exageraría en halagos, era un pilar inquebrantable, el segundo hombre mencionado con desdén y algo de repudio por el chico irlandés fue Alexander, una serpiente y no en el sentido que la organización requería, de broma Theodore solía llamarle cascabel, una serpiente letal si pero ruidosa, que se pavonea con intimidar en lugar de matar de golpe, sin embargo era útil y esa era su única gracia real. Ya había pasado por la mente de Dhamer que el responsable de todo aquello era justamente cascabel por lo que su gesto siempre serio mostró una leve sonrisa de satisfacción al notar que el chico (...)
Pero es lo que dice a los que entrenan con él. —mucho se dice de esos grupos de más de quince reclutas que terminan con tres o dos, es él que menos acepta, según sus estándares. Y eso solo en el primer filtro, al final solo uno es digno, o ni eso.
—Kaalia es mi compañera, señor. Fui su médico desde que llegó al plantel. Aparte es su hija...y somos los mejores, nuestras misiones siempre son exitosas. No ha habido queja de eso, los otros compañeros no suelen llevarse bien para trabajar juntos, muchos desean llevarse la gloria de ello. Pero a nosotros nos importa más la patria, cumplir y morir por ella. —cuida tus palabras Ronan, se repetía a si mismo antes de cagarla por haberse metido con la hija del jefe. Bien, no dijo nada de más, atinó puntos específicos, ahora espera la reacción del mayor. Volviendo a mirarle a los ojos.
Le daba permiso para hablar con ello. —Es más factible pensar en todas como posibilidades, sino es uno es otro, pero cada uno tiene un pretexto por el cuál odiarme. —logró desviar la atención de ese “pequeño” detalle. —Mi nacionalidad es un cliché, un refugiado extranjero que no conoció a sus padres, solo sabe su origen porque un doctor se hizo cargo de su misero ser. —una pequeña y burlona risa salío de su boca, muy suave, casi irónica.
—Siempre es motivo de envidia el ser un allegado a uno de los jefes, pese a que recibas golpizas de este cada que respiras. —alzó los hombros restando importancia a eso ultimo. —Igual seguiría prefiriendo a Mathias antes que Alexander, esa rata apestosa quiere pasar por encima de ustedes, señor, si por mi fuera ya hubiera desaparecido un día de estos. Pero de algo les ha de servir, He escuchado yo mismo que anda con sus aires de grandeza llegando a decir que es mejor que usted y Mathias, lo cual es una estupidez.
Negó de inmediato, no culpaba a la organización, culpa a un agente desconocido. No a la casa que le da de comer y le viste. Sin embargo, no articulo palabra alguna.
Se formo un gesto de extrañeza mientras su jefe continua con su monologo, pero más específico en la parte donde tira la pregunta del “¿Porque lo odian?”, la cuestión sería “¿Quién no?” Bufó encogiendo los hombros a la vez que subía las palmas abiertas como diciendo “Quien sabe”.Mr. Dahmer dejo de mirarle, el rubio bajo la mirada un momento, notó una goma de mascar pegada en el borde del escritorio, alzó una ceja estirando la mano para quitarla de ahí pero detuvo toda acción cuando menciono a su hija, apretó los dientes elevando el rostro para encararle de nuevo. Lo sabe, es más que obvio. El rey lo sabe todo. Joder, casi sudaba pero sabía mantenerse bien bajo presión, aunque esta presión es una gravedad aumentada cien veces.
