Kh..En no más de dos días van a irse. -La interrogante opuesta le parecía de cierta manera tierna, no pudo evitar sonreír, logrando no reír con fuerza, lo cierto es que la fase de regeneración inducida por el suero era la más dolorosa y luego el resto era prácticamente terapéutico.- ¿Tienes una manzana?...Con solo esto lo puedo hacer. -Se quitó el cigarrillo de la boca tras otra amplia calada, ofreciéndolo y buscando entre sus bolsillos lo que parecía ser una metálica y afilada pluma para escribir que tenía guardada entre su cinturón, hizo aquella pregunta mirándole un tanto curioso, se preguntaba qué tantas frutas andaba encima y como se las arreglaba para conseguirlas, miró la cola con ligera sospecha.-
— ¿Durarán para siempre las anguilas?. — preguntó. Se había imaginado literalmente esos animales corriendo despavoridos bajo su piel sin poder encontrar la salida. Ambas agonías. Ella se regeneraba con agudo dolor, de forma lenta y las situaciones adversas la dejaban lejos de combate, y hasta de vivir algún tiempo o de sufrir malformaciones momentáneas. A pesar de notar la distracción de él, ella exaltó más y su cola se meneó todavía más curiosa.
— ¿Con una manzana? — la rústica desconocía esa manualidad. Llevó a su boca dos frutillas más. Esperaba aprender más, como si hablar de regeneración fuese moneda corriente y comparable a aquello. —¡Muéstrame!—.
(...) fue interrumpida de inmediato por la fresa que atrapó y se llevó a la boca con la diestra, ahora masticando con más calma.- Esto me recuerda que hace años no uso una manzana como una pipa, vaya...
Sí, solo toma algo de tiempo y materia prima...-Su ojo violáceo prestó atención a la peliblanca y a cada uno de sus movimientos, a la vez que ella proseguía a tragar la fresa, sacó un cigarrillo con su zurda, se lo llevó entre los labios y en un ligero click y un chispeo comenzó a quemar la punta con un metálico encendedor que sacó de entre su misma manga izquierda, inhalando profundamente del fuerte humo del tabaco de Lucky Strike. Cruzaba su monocromática mirada con la opuesta al escuchar aquella interrogante, exhalando una nube de nicotina que desaparecía entre sus propias palabras.- A veces...Podría decirse que hay momentos en que causa 'comezón' al dormir, aunque es más como... una sensación de anguilas eléctricas enterradas en lo más profundo de tu brazo. -Desvió la mirada de la opuesta tratando de buscar la expresión correcta y esta se perdía en cada oscilación de la cola, como si de un felino distraído por el más simple de los péndulos se tratase, aunque dicha distracción (...)
— ¡O-Oh! ¡Otra vez regresó! — casi aplaudió al juntar sus engarradas manos frente a su pecho al ver lo que el castaño le enseñaba. Su fascinación hacía él era casi tierna aunque no lo expresara en sus semblantes tan desabridos. Ella también engulló una fresa antes de llevar sus manos al pálido brazo ajeno, acariciando este con sus yemas desde abajo hasta casi el codo, girando este entre sus dedos para observar todo el contorno del mismo. — Eres genial. ¿Tienes sensibilidad aún?. — cuestionó alzando la vista a él. Sus ojos bicolor brillaban curiosos, todo en él siempre era interesante, más en ella, tan troglodita de la ciencia, sobretodo. Su cola osciló, y sin soltarle el brazo con su derecha, usó la zurda para llevar otra fresa a la boca de él a poco tiempo de esperar su respuesta.
-Inclinó la cabeza y atrapó la fresa de una sola mordida, masticando un par de veces al cerrar bien la boca, la hizo desaparecida sin ningún esfuerzo.- Oh, esto es un efecto secundario de la regeneración celular...-Se alzó de hombros, mostrando su descubierto antebrazo diestro, todavía menos pálido que el resto de su tez.- Por eso tengo esto de vuelta.
Le sacó la lengua cuando le observó fijo de esa forma e inmediatamente encastró con cuidado una jugosa fresa tan roja como la sangre entre sus filos. Debía ponerse en puntas al estar con él, no era difícil puesto lo ejercitado de sus piernas. — Debes comer más, estás pálido.
-El castaño abrió la boca mostrando otra afilada vista, que asemejaba bastante a blancos y puntiagudos fauces.- A-ah...-Enunció desviando la mirada ante aquel comentario, la curiosidad ajena nuevamente le había tomado desprevenido.-
