Se egoísta entonces, corderita. Este es tu momento, nuestro momento
-Dice sin más, no tiene porqué esconder o guardar sus palabras; habla por emoción pura, cariño puro, todo dirigido hacia la pequeña que tanto ha hecho su corazón de piedra latir una vez más, incluso es el quien puede sentirse indigno de ella-
Solo enfócate en ser feliz...que yo me encargaré que eso se mantenga así
Con solo escuchar su risa y sentir su abrazo se sentía sumamente reconfortada, no sabía si se trataba de algo especial en él por su rara naturaleza mágica o no, lo único que sabía con certeza era del enorme sentimiento de calma y a la vez emoción que le producia el tenerlo así con ella. Su rostro solo se frotó suavemente contra su pecho, no para esconderse, era más por la sensación de estar en los brazos de quien con tanto cariño esperó. —No soy nada especial en comparación al amo Zhongli, pero ... quiero ser egoista en este momento permitirme sentir felicidad cuando me abriga asi... Meeh —
-Verla reaccionar así tocaba tan profundo en su corazón, el era una coraza, nadie podía llegar tanto con el varón...pero ella... Ella era capaz de romper todas sus defensas, bajar su guardia y tocar su pecho el cual palpitaba con fuerza debido a su adorada niña. Sus labios dejan salir una risa cuando ella se esconde, su brazo la envuelve, acaricia con su diestra la nuca ajena mientras le entrega su propio pecho para que se resguarde, sostenerla así, tenerla ahí con el eternamente- No te asustes, yo te protejo~
- El contacto de sus labios hacia su pecho hizo que de inmediato el rostro se le llenara de un rubor intenso, no conmoverse por tal suavidad en cada acto era casi que imposible para ella. El que le dijera de ese modo... ¿Cómo no sentir una felicidad desbordante al tenerle tan cerca? Esas palabras tenían un efecto especial en ella, pero no quería que esos ojos dulces lo vieran... No aún. Se escondió más contra él, no queria que viera que el rojo de su piel casi que podría desbordarse de la misma. - Amo... Zhongli, Meeh...
Aún así -El era correcto en lo que se trataba de ella, su corderita era su adoración, después de todo ¿Como podría no compensarla por esto? Su cercanía encendía su corazón, palpitaba velozmente, no quería más que tenerla a su lado, y está proximidad, está calidez que ella le hace sentir lo lleva hasta el cielo. Es entonces que acerca sus labios al pecho ajeno, dejando un casto beso- Quiero compensartelo, una niña buena merece un premio
- Su expresión tan calmada, la cercanía y el calor tan agradables eran como el más dulce placer que pudiera darle. Sus mejillas se sonrojaron, cerrando ambos ojos para pegar su rostro un poco al contrario, hablando muy suavemente. - Tenerle aquí es una dicha enorme, no podría pedir más, meeh <3
