No le voy a poner veneno si eso te preocupa - caminó hacia la cocina y comenzó a organizar todo. Usar el vestido de Maid le dio un valor añadido a cada movimiento.

Siendo fiel a una faceta detallista que muy pocos conocen, se dio el tiempo de sacar, mover, y acomodar cada elemento necesario para preparar las dos tazas de té. Primero alineó seis pequeños frascos de cristal con hojas y cascaras frutales secas. Luego acercó el infusor metálico con forma de esfera y comenzó a preparar la mezcla en su interior: 2 cucharaditas de rosas secas, 2 de hojas de frambuesa, 1 de ortiga 1 de avena, 1 pizca de canela, un poco de hinojo, y un toquesito de menta.

Cerró el infusor, lo alzó con la derecha y lo sacudió con movimientos circulares. A su juicio, y aunque no había pruebas, la forma en que se mezclaba la infusión también influía en el sabor final. Luego de eso llenó las tazas con agua caliente, sumergió la esfera y esperó.