Honestamente... Vivo rodeada de cosas tan poco normal, que ir a una escuela "normal" con gente "normal" se me hace más extraño que ver muertos a mi alrededor. —Dice entre risas mientras hace aparecer unas galletas para gatos en su mano libre.— No te ofresco una manzana, por qué no se si tú sistema digestivo funciona como un gato, así que no se vaya ofender.

Nah, las he pasado peores. Además, siempre haces las preguntas equivocadas Noha - le miró y dejó de escribir, mostrando la pata superior izquierda. El lápiz parecía estar pegado a las almohadillas sin necesidad de accesorios o energía. Y para demostrar que no hay truco, lo intercambió de palma a palma varias veces antes de dejarlo en su lugar original-. ¿Cómo es que puedo escribir estando así? Eso sí es una pregunta acertada. Además, tu te teletransportas. Eso es más raro que un gato de traje.

Nada, jugar con usted me subió un poco los ánimos, eso es todo. —dice con calma mientras sigue comiendo su manzana.— aunque ¿Que tan rara debe ser una misión para que terminara como un minino regordete?

- tomando notas con el ceño fruncido. No está enojado, solo escribe así-. Nah, que mi forma te engañe. Soy más como un Zorro. El gato es caprichoso pero despectivo. El Zorro es caprichoso pero burlesco (?). Mi forma es por qué, bueno -miró por el ventanal hacia afuera-. Ya sabes la clase de misiones locas en las que me involucro. Por qué esa sonrisa? dije algo malo?

En realidad, usted tiene la personalidad de un gato... Y si, se puede saber mucho de una persona atravez de sus mascotas. —Dice con media sonrisa mientras hace aparecer una manzana para comerla con tranquilidad.—

Disculpa aceptada. Sada me dijo alguna vez que uno aprende mucho sobre las personas cuando tienes un gato. Detesto reconocerlo, pero ellos tienen momentos para todo -se encogió de hombros-. Yo estoy seguro que podrías ser una buena dueña de gato, que yo sea un amargado no cambia eso (?)

Debía disfrutar... Jamás podré tener un gatito de mascota. —Dice soltando un suspiro pesado mientras se sienta a su lado y le acomoda el sombrerito en su cabeza.— Me disculpo por hacerle sentir incómodo.

No, no es así - ser tratado como una mascota fue lo que le hizo enojar, logrando escapar del abrazo sin lastimarla pero usando toda su fuerza. Luego volvería a caer sentado en el sofá, acomodando su gabardina y sombrero antes de retomar las notas de su libreta-. No me vuelvas a tratar así, por favor.

Pero eres un gato amargado que solo quiere mimitos hasta que se quede dormido. —Dice mientras lo levanta hasta la altura de su rostro para sonreírle con ternura genuina, dicho gesto que solo era dedicado a su madre y a sus mascotas.— ¿Quieres unos ricos bocadillos?

- Evito recibir caricias entre las orejas con todo su ser. Jamás iba a tolerar el pat pat y sus derivados sin importar la forma en la que esté. Solo le gastó ladear o girar la cabeza a fin de evitar. La caricia fue inevitable, pero las reglas las impuso él-. No soy Amargado. Bueno, si soy amargado pero eso no me quita lo amable (?).