Gracias por haber creado a los personajes y héroes que macaron mi infancia.
Gracias por enseñarme que, incluso en la peor de las situaciones, habrá gente dispuesta a pelear por lo correcto.
Gracias por reemplazar mis días de soledad con historias increíbles. Gracias, de todo corazón, desde siempre y para siempre. Descansa en paz, Stan Lee.