—Te he visto por revistas de modelaje y tus actuaciones son dignas de admirar, pero veo eres humilde, cualquiera a tú nivel estaría con el ego por las nubes.
Pero que bueno no eres así, eso me agrada.
*Aunque realmente piensa que ella seria bienvenida a Athel Loren sin rechistar, ya que pese a tanta humildad también tiene una habilidad desconocida para el y que puede resultar favorable para cualquier situación que se llegue a presentar, devolviendo el gesto amable de una sonrisa le responde. *
—Eins De Carrence a su servicio señorita.

– ¡Oh! No soy para nada famosa, es simplemente una profesión más. – Mencionó levemente la rubia ya cansada de que adularan su trabajo como si fuera algo fuera de este mundo. Era algo que a ella le apasionaba y se sentía cómoda modelando y siendo la imagen de muchas marcas importantes. No entendía como las demás personas veían el modelaje y la actuación como algo impresionante. – Entonces no nesecitas presentarme... Es un gusto Eins. – Dijo con una sonrisa alegre y amable ante el hombre de cabellos negros.

—Descuide no hay problema alguno, sera en otro momento, es agradable saber que hay alguien que tiene unos ojos diferentes del resto.
* Esbozando una sonrisa apenas visible, ya que hay algo extraño en su acompañante la cual tiene una cualidad diferente de la gente normal. *
—Eins, me llamo Eins, y es agradable saber que estoy ante una celebridad.
* Pensando internamente que quizás dicha chica sea realmente famosa, aunque sin dudas saber quien o que esconde es su gran duda. *

-Recoge el hipopótamo azul con una gentil sonrisa de agradecimiento, observando a la misteriosa chica de cabellos azules. -

(-deja un hipopótamo azul-)

La comisura de sus labios se alzaron levemente mostrándole a aquel hombre una leve pero sutil sonrisa en su rostro y por una milésima de segundo quiso extender su mano, aceptando aquella invitación pero al día siguiente tendría que estar en una entrevista de prensa, anunciando la nueva colección de otoño - invierno, sin mencionar que él era un desconocido con el que convenio muy bien en cuanto se encontraron, pero no podía dejar que la alta sociedad londinense hablarán mal de ella más de lo que ya hacian. Su título se mancharia más de lo que ya estaba por las cosas que decian de "la loca que creía viajar en el tiempo." – Lo siento pero en otra ocasión será...

—Es un lugar donde siempre hay vida, las criaturas del bosque, hadas, elfos, y naturaleza conviven en armonía. Sus manantiales de agua cristalina son las lágrimas de Isha, difunta esposa de mi señor Coeth Mara. Si gustas te puedo mostrar el esplendor de Athel Loren.
* Extendiendo la mano diestra al notar que su acompañante quizás piensa se trata de un sitio bello, pero para los ojos mortales ver tal lugar seria un sueño hecho realidad *

– Debe ser un lugar muy hermoso. – Mencionó la rubia cerrando sus ojos y tratando de imaginar aquel fantástico lugar.

—Es un lugar donde no existe la maldad y hay una belleza indescriptible a los ojos humanos, donde pocos han sido privilegiados. Más bello que cualquier mundo nórdico o griego.
* Respondió con calma aquel uroboros con forma humana, a su acompañante la cual por el color de sus ojos le trae grandes recuerdos del lago de Isha. *

– Es muy amable señor, aún que no conozco aquel lugar, De seguro debe ser especial para usted.