—No midió a tiempo la acción que Tezcatlipoca llevaría a cabo, pues se encontraba concentrado en lo que decía. Cuando reaccionó, ya había recibido el impacto de la fuerza bruta de su hermano mayor, volteandole la cara con el impacto. Regresó la vista a su hermano, tratando de mantener la compostura a pesar del ligero temblor que delataba su creciente ira y amnos de sus ojos con el iris carmesí.— ¿Te duele mucho escuchar la verdad, hermano? Ese humano tuyo solo te teme, no te desea.