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Texas1572003 · 31-35, F
—Vamos, deja de llorar. Te han dado peores. Te he visto a un paso de la muerte más veces de las que me gustaría contar.— La reprendió mientras la guiaba a la enfermería, que por suerte se encontraba sola. Quizás por ser tan alta hora de la noche.

Atender heridas sin duda no era lo suyo. Era un tanto brusca al limpiar la sangre del rostro de su compañera, después de indicarle que tomara asiento en una de las camillas, más no lo hacía a propósito, simplemente era su personalidad y sus intenciones se reflejaban en la particular atención que ponía en la curación. —Bueno... Al menos vas a pensar en mi cada vez que te mires al espejo.
Lappland · 26-30, F
¿A quien engañaba?, todo ese panorama estaba totalmente en su contra, con su cuerpo infectado por el originium no había mucho que se pudiera hacer por ella, Texas lo sabía, Penguin Logistic se caracterizaban por ver las cosas con frialdad pero esto era evidente que la estaba superando. Se apoyó en ella y adolorida se puso de pie, Texas no había olvidado nada, recordaba las debilidades de Lappland y aunque esta vez había tenido ventaja, siempre fue mejor con ella en algunos aspectos. Además, Lappland siempre se contendría con ella.
- ... - No respondió a sus palabras, que difícil era respirar con tanta sangre en la nariz y su boca. - Que asco...- mencionó sin contenerse y escupir hacia un lado. Había sido una terrible paliza, pero la merecía, Texas tenía razón.
Texas1572003 · 31-35, F
—No digas palabras vacías o harás que me enfade otra vez aún te queda un ojo que puedo ponerte morado.— Se quejó de aquélla mentira. Las cosas no estarían bien, solo irían peor, y peor y peor a medida que la infección se esparciera por su cuerpo. Se levantó y la sujetó del brazo para que hiciera lo mismo, pasándolo sobre sus hombros, para ayudarle a caminar. —Luces terrible.— Dijo como si no hubiera sido ella la que había provocado que terminara así, mientras caminaban por el complejo hacia la enfermería.
Lappland · 26-30, F
Permaneció en silencio por un momento, incluso solamente se limitó a asentir con su cabeza cuando le indico que atendería sus heridas. Como en los viejos tiempos, pero no era algo por lo que se sintiera feliz aunque de cierta manera le brindaba calma. Esa mala broma la hizo sonreír ladina e incluso dejó escapar una risa corta que pronto fue interrumpida por un gruñido, si, dolía esa paliza que Texas le había dado.

—Hey... No tienes porque hacer todo esto. Texas, calma, todo estará bien. — una mentira, una cruel, sin sentido y carente de esperanza pero no había otra cosa que le naciera decir en ese momento.
Texas1572003 · 31-35, F
Resignada a no ser nada más que un arma desechable, ni siquiera Lappland se merecía el horrible destino de morir postrada en medio del dolor. La sujetó con un poco más de fuerza, sin importarle que la sangre de la albina terminara manchando su ropa y su cabello.

—Vamos a curarte esos golpes.— No dejó espacio a algún reproche, y tampoco era algo extraño, habían peleado juntas durante años y estaba acostumbrada a tratar las heridas de la albina, con la diferencia de que ahora ella las había provocado. —Te di duro esta vez. Y no de la manera divertida.— No pudo evitar una risa bastante corta, de cierta forma amarga. No podía apartar de su pecho aquéllos horribles sentimientos que habían llegado con esa noticia.
Lappland · 26-30, F
Su ceño fruncido, su mirada llena de ira se fijaba en la ajena quien había dictado con determinación sus ideales. Ni siquiera le había cuestionado, solamente se había alzado en una imposición de acabar con su vida antes de permitir que la Oripathy acabará con ella. Vaya que estaba compadeciéndose y eso en el fondo hacía hervir la sangre de la albina quien en silencio permaneció sin la intención de refutar sus palabras pues al final de cuentas en alguna batalla, en algún rincón de Rhodes sería aislada para cumplir el ciclo y convertirse en un pilar que propaga el dolor y la muerte. Iba a decir algo pero el ser sujetada entre sus brazos de esa manera provoco que la lupus sintiera una presión en su pecho, un dolor intensó que culmino en un escozor en su nariz y humedad en sus ojos. Se sentía bien...ser sujetada de esa manera. — Ya veremos...que sucede, Texas. —
Texas1572003 · 31-35, F
Intentó mantenerse firme, aunque su garganta ardía y sus ojos habían enrojecido ligeramente. Tomó a Lappland por el mentón con su mano derecha, después de soltar aquélla cadena con la que la tenía sometida.

—Escúchame bien, Lappland.— Intentó no perder aquélla voz firme. —No voy a dejar que tu vida termine en una habitación mustia y solitaria. De ser necesario la tomaré yo misma antes de que sea demasiado tarde. Prefiero ser yo que ese monstruo que tienes dentro.— Y la soltó, solo para sostener su cuerpo debilitado por la lucha entre ambas contra el propio, rodéandola con ambos brazos.
Texas1572003 · 31-35, F
¿Y cómo pretendía que dejara de sentir? Detestaba tener cerca a Lappland por muchas razones, más culpa propia que de la albina, y sin embargo, el solo hecho de pensar en que en verdad la perdería para siempre de la forma más dolorosa posible, que si no acababan con ella en batalla sucumbiría llena de dolor, de ira y de frustración... Había visto morir a los infectados, sus cuerpos cubiertos de aquéllos estigmas negros que crecían y crecían con el paso de los años, quemándolos desde adentro, solo para convertirse en masas putrefactas, que propagaban la muerte... Se obligó a cerrar los ojos con fuerza para eliminar de sus pensamientos esa terrible imagen...

Pero no logró dejar de sentirse miserable. No había nada que pudiera hacer, por mucho que Rhodes se esforzara y a pesar de tener de su lado a una mujer tan capaz como la Doctora, estaban lejos de encontrar una cura.
Lappland · 26-30, F
— ¿Que habría cambiado?, ¿Me tratarías diferente solo porque soy una infectada más?. No, habrías sido condescendiente como en este momento, me habrías mirado con lástima, con dolor y detesto eso. — Orgullosa lupus, Lappland no estaba dispuesta a ceder a la infección, pensaba caer con honor, peleando y con la frente en alto. Lastima era lo último que deseaba dar.
Lappland · 26-30, F
Cubría las partes de su cuerpo precisamente por eso, era una de ellos, de los infectados la Oripathy había comenzado a infectar su cuerpo y apenas se encontraba en una fase controlada gracias a los metodos de Rhodes Island, sin embargo, aún y cuando se esmeraban en encontrar una cura la albina se había resignado a que como muchos otros, perecería buscándola.

Sonrió nuevamente para ella, su diestra se apoyó en su hombro y dio un par de palmadas y pronto la dejó caer pesadamente a su costado, le había dado una paliza bien merecida, ante cualquier otra circunstancia Lappland se habría levantado, habría luchado mas y habría dado guerra pero ante Texas, no, esa mujer era una fiera y quizás la única capaz de hacerla tocar sus limites.
Sus palabras, dolían...dolían pero a su vez le causaban una ira terrible. — ¡Por favor Texas!, no tomes ahora esa actitud. ¡No me tengas lástima! — Gruñó nuevamente pero a diferencia solamente mostró sus colmillos, esta vez no atacó.

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