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Texas1572003 · 31-35, F
—Podría esperar cualquier cosa de ti.— Y lo que más odiaba era verse reflejada en esa mujer. Tan odiosamente similares que Texas ya se había fastidiado y terminó tirando el cigarrillo a medio acabar, pisándolo con su zapato para apagarlo. Acto seguido buscó uno de sus dulces, como si aquéllo le ayudara a mantener los pies sobre la tierra.
—No puedo decir que no estoy sorprendida de que demuestres aprecio por alguien más que por ti misma.— Aunque la doctora tenía un carisma poco común, Lappland era una persona impredecible, errática, quizás esa característica era lo que la hacía valiosa en batalla, sus enemigos jamás la veían venir.
—No puedo decir que no estoy sorprendida de que demuestres aprecio por alguien más que por ti misma.— Aunque la doctora tenía un carisma poco común, Lappland era una persona impredecible, errática, quizás esa característica era lo que la hacía valiosa en batalla, sus enemigos jamás la veían venir.
Lappland · 26-30, F
Levantó sus orejas atenta a sus palabras las cuales pronto le arrancaron una carcajada sonora y molesta, tal y como solamente a ella le podía nacer. Guardó silencio por un momento disfrutando el humo del cigarrillo que invadía sus pulmones y negó con su cabeza. —Aunque quisiera hacerlo conoces las reglas de Rhodes. — Se encogió de hombros. — Además la Doctora se ha portado bien conmigo, me ha hecho confiar en ella...no podría simplemente saltar sus ordenes tan sencillamente. Es una buena lider. — Podas veces se expresaba así de alguien pero esa persona comandando las tropas se había ganado su respeto. — Y se que muchas cosas pasaron desde que separamos caminos, por algo cambiaste tanto. Pero ya hemos dicho que no hablaríamos de esos asuntos, no indagaré mas si no lo deseas. — Nuevamente se encogió de hombros y al finalizar su cigarrillo lanzo la colilla al suelo para pisarla y extinguir la brasa que esta aún conservaba.
Texas1572003 · 31-35, F
—Nada.— Respondió rápidamente, desviando la mirada a un costado antes de llevar el cigarrillo a sus labios otra vez. —Muchas cosas pasaron desde que me fui, Lappland.— Ganarse la confianza de Penguin Logistics había sido algo bastante duro. Había tenido que demostrar que sus habilidades eran útiles para la facción, que era leal a la causa, pero sobretodo, que no solamente servía para blandir una espada contra sus enemigos. Se había esforzado realmente en enterrar a la antigua Texas.
Pero conocía la personalidad de Lappland, actuaba por mero instinto y jamás callaba sus opiniones, por mordaces que estas fueran. No estaba demente como para ponerla en el mismo lugar que las chicas a las que le había costado tanto impresionar. —¿Para qué querrías conocer a mis amigos? ¿Para tener un nuevo menú de personas a las que puedes cortarles la garganta si te aburres?— Una media sonrisa un tanto sardónica se dibujó en sus labios.
Pero conocía la personalidad de Lappland, actuaba por mero instinto y jamás callaba sus opiniones, por mordaces que estas fueran. No estaba demente como para ponerla en el mismo lugar que las chicas a las que le había costado tanto impresionar. —¿Para qué querrías conocer a mis amigos? ¿Para tener un nuevo menú de personas a las que puedes cortarles la garganta si te aburres?— Una media sonrisa un tanto sardónica se dibujó en sus labios.
Lappland · 26-30, F
No prestó atención a su mirada, había dedicado mucho tiempo en molestarla y persistir con el asunto del pasado que ahora que tenía la oportunidad de estar en paz con ella no tenía nada que decir. Se dedicó a fumar con calma, dio una calada profunda a su cigarrillo y lo soltó lentamente antes de volver en si y desviar su atención hacia Texas. —¿Que sucede? — levantó una ceja y la miró de reojo, le sonrió relajada, buscaba bajar esa tensión latente que había entre ellas. Desde su llegada a Rhodes las cosas entre ellas no habían ido para nada bien. —Vi que tienes amigos nuevos. ¿Me los presentarás? —
Texas1572003 · 31-35, F
Al principio se mostró renuente, a la defensiva, cuando Lappland le acercó el fuego, más terminó aceptándolo y dejando que encendiera su cigarrillo. Disfrutó del tabaco y el humo, tenía ya un par de semanas sin aquél vicio que traía memorias que quería enterrar en lo más profundo de su mente, pero era inevitable con aquélla chica rondando a toda hora del día, recordándole que no importaba que tan rápido corriera, el pasado estaba ahí, tangible, al alcance de su mano, si tan solo tomara la de ella... todo volvería a ser como antes.
Sus pupilas estaban fijas en la albina, habían estado así durante un rato, perdida en sus pensamientos, hasta que volvió en si, negó y se concentró en deshacerse de la ceniza y dar otra calada al cigarrillo.
Sus pupilas estaban fijas en la albina, habían estado así durante un rato, perdida en sus pensamientos, hasta que volvió en si, negó y se concentró en deshacerse de la ceniza y dar otra calada al cigarrillo.
Lappland · 26-30, F
Al salir respiró profundamente, aún a pesar del escenario triste que ofrecía Chernobog tras la catástrofe se agradecía un poco un escape de las instalaciones. Sus rejas se movieron al notar que Texas buscana algo en su chamarra provocando que la albina suspirara y sacará de entre sus pertenencias un encendedor que pronto extendió a la azabache encendiendo su cigarrillo para posteriormente tomar uno de sus pertenencias y hacer lo mismo con este, inhalando profundamente su veneno para por fin dejarlo escapar en un suave suspiro formando una delicada linea de humo que escapo por un costado de sus labios. No fue capaz de decir algo más, solamente se recargó contra el muro acompañando en silencio a Texas.
Texas1572003 · 31-35, F
La miró de reojo antes de seguir el camino que llevaba fuera de las instalaciones. Chernobog no había visto completamente la luz del sol desde aquél desastre que destruyó casi todo. El ambiente era lúgubre. Gris. Aún así se apreciaba el tiempo fuera de las instalaciones, algunas veces parecía un mundo completamente disitnto. —No más temas del pasado y punto.— Lanzó como una advertencia. Momentos después, Texas estaba recargada contra una pared, con un cigarrillo entre los dedos índice y medio de la mano derecha, mientras con la izquierda palpaba su chamarra, sin encontrar algo para encenderlo. —Mierda...
Lappland · 26-30, F
No espero respuesta por parte de la lupus pero había dado un paso. Era persistente con el tema del pasado, detestaba como Texas fácilmente había dado vuelta a la página, un corazón que se dispuso a ayudar y quizás por eso es que Lappland estaba ahí, llena de curiosidad además de no querer desperdiciar sus últimos años siendo un estorbo. — Que humor, de acuerdo, no más temas del pasado... Por ahora. — sentenció caminando tras ella, colocando sus manos en su nuca con sus brazos en alto y flexionados. —Tu guías entonces ~
Texas1572003 · 31-35, F
Era verdad que había estado demasiado tiempo trabajando. Miró el reloj. ¿Cuántas horas habían pasado? Las marcas oscuras sobre sus ojos daban constancia de que eran muchas. Dejó escapar un suspiro y tomó su chamarra blanca, colocándosela antes de mirar a Lappland. —No quiero hablar más acerca del pasado.— Dijo tajante, y pasó de largo a la albina, tomando la credencial de Rhodes para escanearla en la puerta, haciendo que abriera.
Lappland · 26-30, F
Un suspiro acompañó la resignación de la albina, cedió las golosinas a la azabache y enseguida se giró mirándola sobre su hombro. —Vayamos a caminar. Acompáñame, la noche está agradable y te has pasado todo el día en este lugar. Te haga bien algo de aire fresco. — una invitación cuya probabilidad de ser rechazada era alta pero estaba dispuesta a arriesgarse.
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