TessaPrakliaty

[ Gracias por aceptar.]

*Flemática y soleada era aquella tarde en las afueras de Karakura. El astro rey se encuentra en su punto más alto iluminando todo bajo su manto. Sin embargo, esta claridad no era tan bien recibida por los habitantes de aquella pequeña ciudad. Uno a uno, los transeúntes que, por cuestiones de trabajo o necesidad, pasean por las calles, reflejan la pesadez y el fastidio que el calor les provoca. Rostros cansados y frentes perladas en sudor avanzan por las calles implorando silenciosamente que el emperador diurno por fin les otorgue la tregua.

Posada en lo alto de una casita, ubicada en las calles paralelas al domicilio de Kurosaki, una fémina de larga y trenzada cabellera azabache mira hacia abajo con curiosidad. Los pliegues de su corta y tableada falda azul se menean suavemente con el paso de una fresca brisa, lo mismo que la orilla de su corta blusa de aquel uniforme estilo sailor fuku. El cabello que lleva sobre la frente a modo de flequillo, revolotea también con el paso del viento.

En la diestra lleva una espada enfundada en su saya, la cual sostiene con firmeza y naturalidad. Los celestes ojos de la joven están enmarcados por unas gafas de armazón negro que le ajusta perfecto al rostro y le permite realizar todo tipo de actividades sin perderlos en el proceso.

Permite que sus párpados se cierren cubriendo sus íris celestes y agudiza sus sentidos buscando la presión espiritual de alguien en particular. Si bien aquello no era una misión encargada, la joven realiza aquella búsqueda en respuesta a un reto personal que le han lanzado.

Por fin ubica la presencia que buscaba y sin perder tiempo, hace gala de su buen manejo del shunpo, técnica de rápido desplazamiento usada por los shinigamis, y desaparece de aquel tejado, apareciendo solo un segundo después a muchos metros de distancia. Repite esta acción desplazándose del cielo como si estuviera volando y lo hace de forma despreocupada pues los humanos comunes no pueden advertir su presencia.

Tras unos instantes que tardó en desplazarse desde aquella calle, la joven detiene su desplazamiento en el cielo en aquel apartado lugar de la ciudad, justo por donde pasa aquel tranquilo río cerca del cual, tiempo atrás, la madre de Kurosaki fue asesinada.

Entonces la ubicó. Piel morena y larga melena alborotada, aquella mujer desborda reiatsu como si quisiera ser encontrada con facilidad.
Por fortuna, no está causando problemas. Esto evitará que cualquier otro llegue para apoyarla, por lo menos por ahora. Se mantiene en lo alto mirándola con detenimiento, A simple vista es una arrancar cualquiera pero, ya que tuvo la osadía de retarla de aquel modo y sin sus compañeras de la fracción, seguro que tiene altas habilidades.

Parece que no ha advertido su presencia así que nuevamente utiliza su shunpo para desaparecer y en menos de un segundo aparece frente a ella, a 4 metros de distancia. Un poco de arenilla del lugar se levanta como pequeño remolino al contacto de los pies de la azabache con el suelo. El lugar está en calma y aún no se siente tensión alguna. Incluso, algunas aves revolotean cerca del sitio aunque no se acercan demasiado al percibir la energía destructiva de la arrancar.

-Así que estabas esperándome… Al parecer tienes prisa por morir… bueno, pues ya estoy aquí.

Musita con frialdad mientras le recorre el cuerpo con la mirada sería y gélida. Las facciones de Lisa son duras como siempre pero tampoco agrede de inicio, esperará por ver primero la reacción de la morena.

Obviamente no aparece quedando expuesta, sus sentidos están alerta y su cuerpo listo para reaccionar a tiempo en caso de alguna agresión por parte de la contraria. Su cuerpo comienza a aumentar su flujo de reiatsu y este empieza a acumularse silenciosa e imperceptiblemente en el centro de su cuerpo para ser utilizado cuando la joven lo requiera.*