Si hay otra vida después de esta... —Emitió en un quejido vago, empezando a perder la consciencia.— ...voy a buscarte... Te amo.

—Cerró sus ojos en el momento en que su padre llegaba corriendo a ella, gritando lleno de dolor.

Había sido demasiado breve el tiempo compartido, y en su último aliento se había jurado a si misma ser feliz con Tessa si la promesa de una vida más allá de la muerte era verdad.

Iba a encontrarla y a buscar la manera de ser feliz con ella.

Los cargos en su contra.
Decidido, se acercó a su hija, mientras a sus espaldas, la gente gritaba y se quedaba pasmada, sí, Ekaterina sostenía entre sus brazos a otra chica. Para ellos era un pecado. Una voz se alzó entre la confusión, era el padre de Luka.— ¡No tocaras a mi hijo!

—¿Sería por la nieve que ahora caía como lluvia? ¿Fue porque estaba más concentrada en su pérdida que en la gente a su alrededor? No lo supo, pero ella no sintió dolor hasta que respirar le fue difícil... Ni si quiera soltó el cuerpo de Tessa, vaya, ni si quiera escuchó la nueva detonación.

La bala no iba hacia ella, era para el conde Vronski, pero el padre de Luka no era buen tirador y erró su oportunidad. Fue Ekaterina quien recibió el impacto, justo por la espalda al igual que Tessa. Los sonidos se fueron apagando y ella perdió la fuerza para sostenerse. Cayó a la nieve, tosiendo sangre. Miró el pálido rostro de su amada, quizá el reencuentro sería más pronto de lo que creía.—

—Escuchaba el barullo de la gente que llegaba y tomaba a Luka, escuchaba a su padre a lo lejos, parecía reñirlo y tomar el arma, no prestaba mucha atención. Arrodillada en el suelo, sostenía el cuerpo de Tessa contra ella, con su mano contra la herida en su espalda.
Lloraba sin control, veía en sus ojos cómo se le fugaba la vida y no podía hacer nada más, era inútil como siempre.—

No me dejes, por favor... —Sollozaba nerviosa, tomando los fríos dedos de su amada entre los propios. La miraba con impotencia y el profundo amor que le tenía.— Estaremos juntas, lo prometo, Tessa... —El pacto fue sellado con un último beso, en el cual sintió como ella se despidió y murió en sus brazos.

Solo hubo unos breves segundos de silencio antes de que Ekaterina gritara, abrazándose al cuerpo inerte de Tessa. El conde Vronski, aunque entendía poco de los detalles del suceso, queriendo proteger a su hija sacudía a Luka mientras sostenía la pistola, fúrico lo amenazó, ser un soldado solo agravaría

sueño? — Lo siento mucho, Ekaterina... Algún día... Te lo prometo... — Entrelazó sus dedos con los de ella y, para más asombro de todos, apenas pudo levantarse para dar un beso en sus labios.

Tras aquello, su frente cayó apoyada contra el pecho de su amada, y la mano entrelazada, a la nieve.

— ¿Tessa...? — Luka no daba crédito a lo que escuchaba, y el arma se le cayó de las manos. — ¿Él es una...? Ekaterina qué...

— No grites, Vronski... — Articuló con dificultad, tosiendo un poco de sangre, y con cada respirar le era más difícil llenar sus pulmones. — Vas a... Alarmar a todo el reino... — La coleta que llevaba el joven Thomas ocultando su cabello se soltó y dejaba perdido en la nieve su larga melena, una curiosa imagen con alguien que se veía trajeado.

El sonido del estruendo había resonador incluso por encima de la música, y su padre junto con el resto de su familia. Todos estaban estupefactos con la escena. La señora de la casa se había desmayado viendo a su pequeña cubierta de sangre. Luka lloraba como el cobarde que era al disparar por la espalda.

— Ekaterina... Hazme un favor y avisa a mis padres... ¿Está bien? — Tessa quería llorar, pero no por ella, ni por su familia que debajo atrás. Lloraba por Ekaterina, ¿quién iba a cuidar de ella? ¿Quién velará su sue

—Como un gatito asustado, se había quedado tras ella, mirando a Luka por primera vez, siendo intimidado al punto de perder el equilibrio. Pero lo habían logrado, podían irse... O eso creía.

Mientras caminaban, tratando de quitarse la nieve de encima, un estruendo la hizo encogerse en sí misma, abrazándose a Tessa. Reconocía bien qué era: un disparo. Todo fue muy rápido... Al voltear hacia atrás, Luka sostenía en su mano una pistola, aún estaba semi acostado en el suelo, pero al mirar a Tessa, el mundo se le vino abajo, ella había recibido el impacto y su camiseta blanca se estaba tiñendo de rojo.—

¡Santo Dios, no! —La sostuvo, pero se le escapaba de entre las manos hacia la nieve, que se estaba tiñendo de carmín.— ¡ERES UNA BESTIA! —Gritó a Luka con todo el coraje del mundo. No sabía qué hacer, solo apretaba sus manos contra el pecho de la castaña.— Tessa, mírame... Mírame, no te desmayes. ¡¡AYUDA!! —Inevitablemente entró en pánico, importándole poco llamarla por su nombre real.

— Vámonos. — Le dijo a Ekaterina de una manera fría y bastante dominante. — Tienes que recoger tus cosas. — Estaba firme en su decisión, y todo parecía indicar que el plan de las jóvenes iba a suceder esa misma noche.

La nieve parecía volverse lluvia, era más tupida, y cubría los pocos pasos que las jóvenes habían dado, dejando detrás al soldado tirado en el suelo.

Y de pronto, una detonación la hizo detenerse de golpe, apretando la espalda de Ekaterina.

— Mierda...

Ella misma jaló a Ekaterina de vuelta hacia ella, el grito que había lanzado le había puesto alerta y ningún soldado hijo de puta iba a lastimar a su mujer.

— Mírame bien, pedazo de basura, esta será la última vez que tocarás a Ekaterina. No tienes ningún derecho a jalonearla como si fuese un pedazo de trapo. — Tessa y Luka parecían ser del mismo tamaño por las plantillas que se había puesto, aunado a que estaba encima de él como un león. Lo había sujetado por los bordes de la chaqueta, respirando de una manera pesada por la nariz. Le daba la espalda a Ekaterina, y al final lo empujó, dedicándole la más furiosa de sus miradas.

—Pero Luka estaba furioso como nunca antes lo había estado, ni si quiera la voz dulce de Ekaterina iba a persuadirlo de no mostrarse violento, y si ella no iba a acercarse, él la traería.
Dio un paso al frente y atrapó su brazo, atrayéndola hacia él de una manera agresiva. Fue tan sorpresivo que Ekaterina gritó, tuvo que hacerlo por la sorpresa y el dolor.—

¡Hubiera soportado muchas cosas por ti, pero una humillación como esta jamás! —Los ojos verdes de Luka estaban inyectados en sangre, parecía loco. Lo estaba, de celos y con el orgullo destrozado parecía que era capaz de todo.—

—Una pesadez extraña se anidó en la boca del estómago, jamás había sido testigo de ese tipo de mirada en Luka, quien solía ser reservado y dulce, eso la ponía nerviosa, sumado a la emoción de saberse de Tessa pero el terror que le producía que le hiciera algo...

La nieve estaba cayendo con más frecuencia y empezó a temblar, aferrándose al brazo de la mayor. Intentaba pensar en alguna solución que les diera más tiempo, cuando Luka farfulló "Ven aquí, Ekaterina", alzando su mano diestra.—

Todo esto ha sido mi culpa, por favor, les suplico que ninguno haga una escena, al menos hasta que termine el baile. —Intentó sonar diplomática, como su padre, buscando aprovecharse del efecto calmante que siempre tenía sobre el soldado.— No hagas una locura, si he sido yo quien te ofendió, sabré compensarlo. —Pasó al frente de Tessa, dedicándole una mirada rápida y una pequeña y discreta caricia en su mano.—