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[ Rol Privado ]
 
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TessaEllis · F
Sabía que se estaba tirando en picada hacia su propia perdición, pero ya no importaba. Nada importaba en esos momentos sino apagar ese ardor que sentía en su interior al tener algo tan inocente y puro entre sus manos como lo era Ekaterina.

Se desabrochó el delantal que cubría la parte de su busto y mayor parte delantera de su vestido, comiendo de una manera incesante los labios de Ekaterina. Tan solo se separó de ella para bajar sus labios a su cuello, y susurrar aquello contra su piel, en un suave jadeo que peleaba por no ser un gruñido. — Te quiero... Y eres mía, Ekaterina.

Dicho aquello, la fue empujando con suavidad hasta el delantal en el suelo, haciéndola sentarse en este mismo, extendiendo las piernas contrarias a cada lado de las suyas, y ella entre estas, volviendo a comerle la boca.
—Un cosquilleo extrañamente placentero se anidó en su vientre cuando la mordió. Ciertamente no se lo esperaba y de la sorpresa, emitió un sonido que llevaba sorpresa por los nervios y por el gusto, nunca nadie había hecho eso en ella, pero aunque estaba ligeramente asustada por ser algo novedoso, quería más... Quería que la tocara toda, tocarla también.—

Ah... —Gimió, sí, lo hizo cuando los labios ajenos colonizaron su piel virgen, obligándola a respirar por la boca y aferrarse al cuerpo de Tessa como a quien se le va la vida, casi enterrando las uñas en su espalda, en una mezcla por sentirse más cerca de ella y tener seguridad, porque el miedo se estaba marchando y dejó solo la excitación que le provocó aquel atrevido agarre.

La cereza en el pastel fue escuchar nombrarla por primera vez, eso fue como iniciar un incendio... Iba a consumirlo todo.— Te quiero... —Murmuró antes de buscar sus labios de nuevo, desesperaba por saborearla otra vez.—
TessaEllis · F
El sabor de su boca era mucho más intenso y exquisito con cada segundo que lo probaba. La diestra comenzó a navegar de arriba a abajo por su espalda como si quisiera rasgar la tela, incluso arañando la misma.

Bajó un poco el rostro hacia su cuello, somo si hubiera pasado por alto lo que le había pedido, buscando ese pedazo de hombro que se asomaba entre tantas y tantas capas de prenda.

Mordió con suavidad, buscando no dejar marca, pero no podía negar que quería devorarla entera. Subió a su cuello, le apartó el cabello y comenzó a besar con descomunal ansiedad, bajando la misma diestra hacia su trasero, y se atrevió a apretar este.

Finalmente llegó a su oído, y solo lo soltó en un tenue susurro. — Ekaterina...
—El mundo se fue al olvido mientras la besaba, no escuchaba otra cosa que no fuese su pulso y la respiración de Tessa.
Era llevada por su ritmo, exploraba su boca con ilusión y timidez, temblando por una mezcla de un sin fin de sensaciones.

Abrazada por el cuello como estaba, pudo acercarse tanto a ella que casi borró espacios en blanco, aunque al separar sus labios, tuvo que volver a abrir ligeramente la distancia.—

Tessa... —Nunca había estado ebria pero se sentía como tal, su mente solo sabía que necesitaba un poco más de ella.— D-di mi nombre. —Suplicó en un susurró, aún con los ojos cerrados, alzando un poco el rostro para tocar su nariz con la propia.—
TessaEllis · F
Tan solo se separaba en breves instantes para tomar aire, volviendo a besar esa exquisita boca, era uno de los manjares más exquisitos que jamás hubiera probado. Podía pasar el resto de la tarde besándola y la verdad era que no le molestaba.

Tenia ambos brazos rodeando su fina cintura, descansando en su espalda baja, buscando que ese contacto entre ellas durase lo más posible.

Su lengua había tocado más de una vez sus labios, rozando de una manera traviesa e incluso en ocasiones buscando la ajena, siempre tratando de no verse invasiva.

— Vronski... — Susurró, pegando su frente a la de Ekaterina, rompiendo con ese silencio entre ellas.
—No podía ocultar ya lo mucho que le gustaba, lo demasiada loca que estaba por ella, creyó mucho tiempo que simplemente la intimidaba lo experimentada que era al bailar o su porte serio todo el tiempo, pero era más que eso y ahora le quedaba claro.—

De verdad quiero hacerlo... —Fue lo último que pudo decir antes de besarla otra vez, con más ganas, con más cariño y con deseo de no soltarla nunca. Pasó los brazos por su cuello para abrazarla, contenta con ese mimo que tenía en su espalda baja.

Estaba entendiendo que esas demostraciones, viniendo de alguien tan seria como ella, significaban muchísimo y estaba deseosa de significar tanto para Tessa... Tanto como lo significaba para ella.—
TessaEllis · F
Quería explotar por dentro, quería gritar, arrancarse el corazón, tenía una marejada de emociones que su rostro no reflejaba, tan solo un semblante tranquilo, apenas un rubor que se asomaba, suspirando por encima de los labios femeninos.

La mano que tenía en su espalda se movió de arriba a abajo, acariciando sobre la tela, manteniéndola pegada a ella, juraría que podía sentir el corazón de la menor contra su pecho. — Jm... Maldita sea, Vronski. — Rió por lo bajo, negando con la cabeza. — Vas a volverme loca. —

Retomó el beso que había interrumpido, haciéndolo un poco más profundo y largo, ladeando la cabeza.
—Muy lentamente llevó la otra mano hacia su cuello, a penas tocándolo, reprimiendo una caricia. Al final, ambas manos quedaron en los hombros de la mayor, pegándose a su cuerpo lo suficiente para sentir su calor, la tibieza natural de Tessa que le arrancó un ligero suspiro.

No sabía qué decirle cuando al fin rompieron contacto, estaba nerviosa y feliz, temblando pero con una sensación de mariposas en el estómago. Estaba en un momento tan íntimo que se animó a acariciarle las mejillas con los pulgares, muy despacio.— Yo no puedo ofrecerte perdón... Porque eso significaría que no quería besarte... Y eso es una mentira.

—Buscó su mirada, aún sintiendo que las mejillas le iban a explotar solo quería saber si ella se sentía igual, si le producía las mismas ganas de besarla otra y otra y otra vez.—
TessaEllis · F
Ladeó tan solo un poco su cabeza mientras mantenía la mano en la nuca, con los dedos entrelazados en esa espesa melena castaña, lo suficiente como para tenerla presionada contra ella.

Su mano libre se apoyó en la espalda baja, pegando su cuerpo contra el de ella. Lo notaba tibio, reconfortante. Un calor diferente a cuando bailaban.

El sabor de sus labios tenía ese dulzor por el azúcar del pan, sonreía apenas mientras la besaba. Incluso su lengua llegó a rozar más de una vez sus labios.

— Perdóname... — Susurró, pegando su frente a la de ella, suspirando profundo.
—En tan poco tiempo ya tenía la cabeza vuelta un lío, no quería estar cerca de ella y era tortuoso pensar que aún le quedaban clases por tomar, que tenía que seguir viéndola...

Que tomara su mano la quebró e iba a ponerse a llorar cuando, de un momento a otro, pasó. Fue más brusco de lo que imaginó alguna vez, sería su primer beso, pero no por ello menos especial.

Su mano libre fue a parar al hombro de la mayor, apretándola solo un poco para que no se alejara. Sí, había esperado mucho por eso, cerró los ojos y buscó tímidamente saborear la boca de Tessa, inexperta como era pero valiente.—

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