26-30, M
Padre de los dioses y de los hombres
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Hs1552176 · M
[code]- Un movimiento irregular surca el firmamento, entre toda las estrellas se distingue un punto fugaz que se mueven "zic zag" dejando atrás una fina capa de polvo estelar color esmeralda; aquel rayo cuya velocidad no podía ser descrita en medidas físicas llegaba a estacionarse en un terreno baldío, Hermes, quien era el dios que con su cosmos daba ese espectáculo en el cielo percibió un suceso que no ocurría desde la época del mito, podía sentir la fuerza del rayo nuevamente despierta. El joven auriverde se cruzó de brazos, quedando suspendido en el aire mientras su auda visión se concentró en el horizonte, donde se supone quedaba la nieva montaña de los dioses.
El heraldo, quien era el puente entre el mundo mortal e inmortal sonrió, en su mente se escuchó esa voz que bien conocía, la de su padre Zeus. El de pies ligero asiente con respeto mientras tomaba la punta de su casco, mostró su perlada sonrisa a la par que incrementó moderadamente su cosmos, logrando que su alba haga brillar más su kamui. Era motivante, la dicha regocijó a la deidad, el cual sostiene en la diestra su caduceo dorado mientras en una pintoresca imagen, las alas de sus botines se movían. Es sagaz y elocuente dios intérprete decidió responder, sus palabras hacen efectivo el vínculo que el cosmos entre el padre e hijo tenían, sus mentes se entrelazan para hacer efectiva esa comunicación esperada: ¡Padre! Poderoso Zeus Cronida. El más veloz entre los veloces y mensajero del Olimpo toma con alegría tu tan anhelado regreso.
Verbalizó Hermes, en un acto cordial para con el más importante dios de la trinidad Olímpica, a la espera de su respuesta, pues aprovechó su momento para visitar la tierra mortal y ver la cotidianidad de los hombres, sólo por divertirse con las ocurrencias de la especie que crearon y el mundo que les ofrecieron. -[/code]
El heraldo, quien era el puente entre el mundo mortal e inmortal sonrió, en su mente se escuchó esa voz que bien conocía, la de su padre Zeus. El de pies ligero asiente con respeto mientras tomaba la punta de su casco, mostró su perlada sonrisa a la par que incrementó moderadamente su cosmos, logrando que su alba haga brillar más su kamui. Era motivante, la dicha regocijó a la deidad, el cual sostiene en la diestra su caduceo dorado mientras en una pintoresca imagen, las alas de sus botines se movían. Es sagaz y elocuente dios intérprete decidió responder, sus palabras hacen efectivo el vínculo que el cosmos entre el padre e hijo tenían, sus mentes se entrelazan para hacer efectiva esa comunicación esperada: ¡Padre! Poderoso Zeus Cronida. El más veloz entre los veloces y mensajero del Olimpo toma con alegría tu tan anhelado regreso.
Verbalizó Hermes, en un acto cordial para con el más importante dios de la trinidad Olímpica, a la espera de su respuesta, pues aprovechó su momento para visitar la tierra mortal y ver la cotidianidad de los hombres, sólo por divertirse con las ocurrencias de la especie que crearon y el mundo que les ofrecieron. -[/code]