-¡Smoker san! - Había levantado la mano para quitar del rostro ajeno una hoja de otoño que se había atorado entre los vellos de su mejilla. Se sorprendió de sentir la mano de su superior sosteniendo su brazo para alejarla. La hoja igual cayó y al voltear, notó que sus subordinados miraban. Si, tenía que ser discreta en como interactuaba con él frente a otros. Ni ella misma sabía cómo interactuar con él en privado. Suspiró y con sana vergüenza se retiró a arreglar su camarote antes de llegar a la siguiente isla donde tomarían un par de días libres.
Su diestra capturo su cintura delicada y contorneada sus dedos la apretaron con suavidad llevandola más contra el, sus labios eran tan dulces, suaves y adictivos no dejaría que nadie más los tuviera que el, tras unos segundos se rompio el beso y ambos se miraron agitados.
— ¿Deseas saber lo que realmente siento por ti Tashigi? ¿Estas segura de poder resistirlo? Porque una vez que comience no me voy a detener hasta asegurarme completamente mía.
Susurro apretando los dientes conteniendose lo más que podía, tenerla de esa forma sentir su aroma, su calor y sabor solo hacian que la excitación del hombre se disparara.
— Eres tan suave y delicada que no quisiera hacerte daño
Nuevamente luchaba contra si mismo mientras sus manos finalmente bajaron por completo capturando su perfecto trasero lo apreteo con fuerza y la pego por completo a el.
