-¡Smoker san! - Había levantado la mano para quitar del rostro ajeno una hoja de otoño que se había atorado entre los vellos de su mejilla. Se sorprendió de sentir la mano de su superior sosteniendo su brazo para alejarla. La hoja igual cayó y al voltear, notó que sus subordinados miraban. Si, tenía que ser discreta en como interactuaba con él frente a otros. Ni ella misma sabía cómo interactuar con él en privado. Suspiró y con sana vergüenza se retiró a arreglar su camarote antes de llegar a la siguiente isla donde tomarían un par de días libres.
Ella no estaba pensando en nada en particular. Realmente solo quería que ese viaje terminara. Ahi, en su pequeña habitación, ella había decidido relajarse y para eso se quitó la ropa sucia y se puso cómoda con un vestido holgado, perfecto para el calor.
Justo en ropa interior y a nada de terminar de vestirse, su superior entró sin aviso y la hizo dar un salto de la sorpresa. Después la habitación se llenó de humo denso y ella terminó de vestirse.
—Ya estoy a vestida Smoker san… ¿Tiene tareas para mi?-
Mencionó mientras esperaba que el humo se dispersara y así poder verlo nuevamente. Trataba de no ser insistente con lo que sentía o con esas interacciones tan cercanas que habían tenido recientemente. Ella misma pensaba que Smoker y Hina tenían una relación más merecedora y se sentía feliz por ellos pero, parecía que él no estaba totalmente en ello.
