Con tres katanas entre los brazos, la joven capitana asentia ante las palabras del extraño. —Si, busco alguien que me ayude, parece que mi última batalla no salió muy bien para mis armas. ¿Sabes donde pudiera encontrar uno? - Quizá él buscaría algo de propina, pero estaba bien, era nueva en ese lugar y le vendría bien ayuda aunque fuera cobrada.
— Eres tu la joven que buscaba un herrero que le diese buen mantenimiento a sus espadas?
De buen momento llegó aquel extraño, siempre sonriente y carismático, había escuchado de una joven mujer de tierras lejanas que necesitaba un herrero, claramente él por unas monedas le guiaría con alguien que hiciera bien el trabajo y no con cualquier charlatán que trabajara el metal.
