Sin embargo, ahí estás, llevando el nombre de "True Brujah" por delante, ¿no se supone que son los chicos malos en todo esto? Filosofos o no, siempre tendran el estigma de matones, asi como yo de loca. -
¿Quería burlarse de quién no veía seriedad en nada? Pobre. - Sea de quien sea responsabilidad, ¿Quién elnque finge fumar? - Alzó una ceja, apartando la mano de su rostro. - En cambió yo, puedo moverme libremente en una sociedad llena de locos, depresivos, adictos... ¿Envidia, Gilbert? - Su sonrisa permanente no tardo en ensancharse con cierto aire de picardia.
De nueva cuenta, su expresión fue una máscara de neutralidad. Alguna vez se había preguntado por qué Tabitha lo procuraba tanto, cuando él rara vez solía reaccionar a las jugarretas y provocaciones de la vampiresa; pero terminó por sepultar todo argumento en lo más profundo de su ser para conformarse con una simple, aunque incomprensible al final, verdad:
«Es una Malkavian.»
—¿Chico malo? No tengo necesidad de esas trivialidades. —Respondió, aún manteniendo la compostura a pesar de las palmadas. —Pero tú mejor que nadie sabe lo importante que es mantener hábitos humanos: la Mascarada es responsabilidad de tus amigos. —Ni siquiera lo irónico del comentario logró darle un tinte distinto a sus palabras; si acaso, un levísimo atisbo de sorna tiñó su voz, a la par de que un intento de sonrisa apareció en su rostro.
Imitó su gesto, por mucho que no tuviera lentes, y no tardo en volver a reírse, la forma en que sus colmillos resaltaban al hacerlo dejaban en claro que era una risa genuina, no simple burla.
- Claro, por que tooodos los humanitos fuman. Admitelo: Solo quieres parecer el chico malo que se supone que eres. ~ Porque si fuera por aparentar ser humano, al menos que sea algo de más provecho, como sonrosar esas mejillas. - No titubeó al acercar su mano al rostro ajeno y dar un par de palmaditas es una de sus mejillas.
Ni siquiera se inmutó; quizá era uno de los pocos seres a los cuales Tabitha no lograba sacar de quicio... Al menos no tan fácimente. Se incorporó, acomodándose los lentes por reflejo tras ello, para dirigir una mirada anodina, desinteresada, a la vampiresa. —Pero muchos no lo saben. Y, por molesto que sea, nos es útil fingir que aún lo somos. Claro que no espero que lo entiendas. —Añadió con un levísimo atisbo de exasperación; tan leve como el resto de las emociones que aún demostraba.
¿Humano? ¡Jajajaja! Por si no te avisaron, hace muuuuuuucho que dejaste de ser uno. - Le quita el cigarro de los labios y lo apaga contra la palma de su propia mano.- Y si, es una estupidez. Pero tranquilo, ya te salve de verte estúpido.
