El rostro de Tomoe se llenó de sorpresa, sí, había escuchado bien y las palabras más el gesto de Nanami. Le removió algo en su interior que creyó estaba ausente, así con un gesto ahora inmutable tomó la mano de la castaña y no vaciló al mantenerle la mirada puesta en ella.

— Yo... también Te Amo.— Confesó con sinceridad y agradeció no dejar a la vista su gran nerviosismo al haberlo confesado.