Justamente había logrado lo que quería, a decir verdad observar como la rubia se marchaba y el rostro de todas las demás chicas fue razón suficiente para sentir una gran satisfacción. Aceptaba en sus adentros que la única humana que le agradaba era Nanami y que poco le importaba ser admirado o complacido por cualquier otra mujer que existiera en el plantel educativo.

— Es hora de irnos— Sin soltarla y con la mano libre tomó el bento de los dos para salir junto a la castaña hacía la zona verde de la preparatoria.

-Nanami observaba la escena angustiada y cuando Tomoe pronunció el "Muy amable Señorita" sintió como se le rompió el corazón a la mitad, incluso había dado un paso para comenzar a caminar fuera del aula, pero en ese instante sintió el brazo de aquel apuesto albino atraerle y finalmente rodearle la chica parecía estar en un sueño, incluso podía pellizcarse para saber si era realidad, sus castaños ojos se abrieron todo lo posible y parpadeó un par de veces, incrédula, también sus mejillas estaban de un color rojo encendido, su corazón latía fuertemente. Ella no era la única sorprendida, todas las chicas también lo estaban y por supuesto también la joven rubia, que era la más popular de aula. La misma agitó su cabello con desdén.-

Está bien, con permiso.

-Sin más se marchó, pero obviamente enojada de que alguien la hubiese rechazado siendo la más 'bonita' de todas.-

Tomoe...

-En ese preciso momento tenía tantas ganas de besarlo pero se contuvo, así que sólo le abrazó fuert

Desvió la mirada hacía la amable chica escuchando lo que le decía, el albino guardó silencio mientras ella le hablaba y notó como a lo lejos el resto de chicas miraban atentamente la escena. Suficiente era con su gesto inexpresivo y enserio no le importaba ser tosco con la demás gente pero... no quería problemas después de todo.

— Eres muy amable, señorita— Parecía que estuviese aceptando la proposición cuando extendió su diestra y atrapó a Nanami en un abrazo posesivo alrededor de su cintura para atraerla junto a su cuerpo.—Pero, he venido con Nanami-chan y de verdad no tengo intenciones de separarmele ni un solo instante— Aseguró.

Moh Tomoe

- En ese preciso momento sonó el timbre de salida al receso, Nanami por lo general se alegraba al escuchar el timbre porqué le encantaba comer el bento que Tomoe siempre le ponía, pero sintió un montón de miradas, al voltear se dio cuenta que todas querían ir con Tomoe, se puso de pie rápidamente pero una chica se adelantó, era muy hermosa.-

Chica 1: Bienvenido. . . Espero que te sientas muy cómodo en esta aula, yo quisiera invitarte a pasar el almuerzo conmigo y así te enseño las instalaciones de la escuela ¿Irías conmigo?


-A escaso metro de distancia la Diosa de la tierra observaba atónita la escena, sentía muchas cosas, enojo, celos, y miedo de que Tomoe se fijara en alguien más.-

Le observó casi de reojo, no debía ser tan "obvio" con ella y menos cuando últimamente sentía varias cosas por ella.

— Deberías concentrarte más, a la próxima distracción ni yo querré ayudarte— Terminó su frase y de inmediato se escuchó la alarma qué anunciaba la hora de almuerzo, un gesto de duda abarcó el rostro del Kitsune quien se quedó ahí sentado sin mostrar interés por lo que se acumulaba cerca de él; las chicas aguardando por acercarse e invitarlo a almorzar con ellas.

-Finalmente terminó de leer el párrafo correspondiente y se sentó con un poco de fuerza mientras suspiraba hondamente, estuvo a punto de ser pillada por el profesor.-

Ah... estuvo cerca ¿Verdad Tomoe?

-Murmuró para el joven mientras sonreía con suavidad y guiñaba el parpado derecho.-

Pero todo está bajo control, Jejew.

-Río aún de la misma manera baja como hablaba.-

Suspiró.
Sí el tipo de atrás no le hubiese contestado a Nanami correctamente él mismo estaba preparado para ayudarle a la castaña, así continuó con su misma actitud pero escuchando con atención la voz de la Diosa. Era algo que le agradaba, el tono de voz de la chica le daba cierta paz al demonio quien procuraba mantenerse al margen sin importar el agitado ritmo de su corazón, ese mismo que era alterado por ella.

Porqué sí, te lo estoy ordenando, Baka. No debes cuestionar mis ordenes.


-Estaba tan entretenida hablando con Tomoe que ni siquiera se inmutó de lo que pasaba a su alrededor, para ella Tomoe era lo más importante, al escuchar a su familiar advertirle sobre lo que le pidió el maestro, le preguntó a su compañero de atrás el cual le indicó el párrafo en el que estaban y se puso de pie para continuar, estuvo a punto de ser pillada, pero al menos se salvó de esta-

—¿Hmm?, ¿por qué?—

No entendía el comportamiento de Nanami, ni mucho menos el de sus compañeras de clase. Él solo estaba ahí para protegerla y por ello técnicamente ignoraba a todo el resto de estudiantes e incluso era un poco intimidante para los maestros que incluso les costaba llamarlo por lista.

— Nanami, el maestro te está pidiendo que sigas la lectura — Le mencionó con desgano sin siquiera abrir los ojos, parecía estar de vago solamente, pero lo cierto es que ni necesitaba observar para saber lo que sucedía a su alrededor.

Hai! Quedate a mi lado, sólo a mi lado, no te sientes al lado de nadie más o me enojaré.