Takano inicio bien el día, luego de pasar tres días en cama enfermo. Llego temprano a la iditorial sintiéndose renovado, los cuidados de Onodera fueron la razón de esa apariencia refrescante y actitud apacible, además de la presencia en si de él que fue un factor muy importante para que Takano despertara de buen humor.
Aunque nunca hubo necesidad de faltar. Es bien sabido que Takano a pesar de estar con una fiebre de 40 grados, no se da el lujo de faltar a su trabajo, así que una simple fiebre no lograría confinarlo en su departamento. Pero con la ayuda de Izaka pudo tomarse unos días [...
Lo está disfrutando. Dijo para sí mismo ahora más irritado. Regreso a su lugar para continuar trabajando ahora muchísimo más estresado, tantos días de descanso le habían acumulado todo el trabajo que debía y aunque hubiese tratado de adelantar lo más posible en casa de Takano este siempre lo interrumpía de una u otra manera. Se puso en contacto con la Mangaka y había quedado de ir a asistirla pues aún le faltaban 6 páginas para terminar. Me voy, Takano-san. Aviso Onodera con el tiempo medido.
[code]No podí evitar molestar Onodera, encontraba cierto placer en hacerlo enojar, era su pequeño juego que lo sacaba de su propio estrés, aun cuando con ello viniese una mirada de molestia por parte de Onodera. Sonrió victorioso. [/code]
La mañana de Onodera había sido bastante pesada, no solo se había quedado dormido sino que también había echado una explosión de azúcar a su pequeño estomago con un energetizante para lograr rendir lo que restaba del día, si su alimentación continuaba de aquel modo moriría joven. Llego irritado y fastidiado a la empresa, no le había dado tiempo ni siquiera de bañarse así que se presentó con sus ropas de hace tres días. Al escuchar las palabras de Takano-san una notoria vena de molestia resalto de su cien. Eres de le peor. Dijo irritado a su vez que internamente gritaba, ¡definitivamente voy a renunciar!
para pretender que su estado de salud era grave y así poder ser cuidado por Onodera, evitando a toda costa que este se alejara de él, pero al mismo tiempo evitando que se hiciera cargo de sus propios deberes. Mero capricho tal vez, o quizás la necesidad de tenerlo solo para él unos días lo impulso a hacerlo.
En la editorial permanecía en su lugar de trabajo, tomandoselo con calma, pues antes se había asegurado de avanzar en su trabajo. Al ver a Onodera entrar, dejo de hacer lo que hacia para posar toda su atención en él.
–¡Oe, Onodera! Vas muy atrasado con tu trabajo, debiste llegar mas temprano. No pierdas el tiempo y ponte a trabajar que la fecha límite se acerca.
Demando con esa actitud soberbia digna de alguien como él, sabiendo que el culpable de su retraso era del mismo Takano [?]