—Se que no debo mezclar mis sentimientos personales con el trabajo, pero no puedo evitarlo. Nunca dejaré que te apartes de mi lado. No quiero... Pasar por ello de nuevo.—
[code]Antes de comenzar se aseguró de ponerle llave a la puerta, de ese modo Onodera no saldría huyendo cómo siempre. Takano se encontraba extremadamente caliente, su aturdida mente no le dejaba pensar que aquel sintió en el que estaban no era un buen lugar para llevar a cabo esos actos lascivos, estaba perdiendo en sus propios deseos y en que debía cumplirlos en ese mismo instante, al sentir la mano de onodera sobre su propia pelvis por instinto llevo su mano libre a liberar su falo y juntarlo con el de Onodera, obligando a este mismo a tomar ambos.
–Sienteme...
Susurro aquella única palabra en el oído de Onodera después de terminar con el beso, lamiendo enseguida el arco de su oreja y terminar bajando a su cuello el cual lamió. Para entonces el falo de Takano se encontraba duro y erecto, además de húmedo y caliente. [/code]
Las manos frías de Onodera se aferraron por debajo de la camisa a aquella espalda ancha de Takano, era imposible controlar su nerviosismo, en esta ocasión harían las cosas bien, no como en el pasado ¿verdad? Ligeros gemidos involuntarios se dejaron escuchar en cuanto Takano-san lo comenzó a tocar. ¿Yo también debería de hacer algo, no? Se dijo para sus adentros para con cuidado ir deslizando las manos desde la espalda de Takano hasta el torso para finalmente descender hasta los pantalones marrones de Takano, la mano de Onodera temblorosa y casi como resistiéndose a hacerlo se situó sobre el bulto en el pantalón de Takano cosa que lo hizo avergonzarse aún más, tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para no salir corriendo. Con un poco de decisión fue masajeándole de arriba a hacia abajo con claros espasmos y nerviosismo que se hacía más que evidente por el rostro de Onodera que no se dejaba ver en ningún momento.
[code]Se llevo una sorpresa cuando Onodera no hizo por detener sus acciones, entre abrió sus ojos para poder ver su rostro, estaba demasiado rojo pero todo indicaba que esta ves lo haría suyo.
Al fin Onodera lo había aceptado, esta vez sin tomarlo a la fuerza como ya se había hecho costumbre.
Volvió a cerrar los ojos continuando con el pasional y húmedo beso, terminando por abrir sus jeans y sin perder tiempo, envolvió el falo de Onodera con sus largos pero varoniles dedos, realizando movimientos envolventes al tiempo que realizaba un lento vaivén.[/code]
El cuerpo de Onodera dejo de resistirse por primera vez, no hacia contacto visual ya que era demasiado vergonzoso, pero no interrumpió a Takano cuando este comenzó a quitarle los desgastados jeans, sin embargo si prosiguió aquel profundo beso sin ninguna clase de interrupción por su parte, nuevamente se dejaba llevar pero de una forma diferente. Si bien no era capaz de decirle que lo amaba, esta vez dejaría que sus acciones hablaran en su nombre hasta que su orgullo y arrogancia le permitiesen ser completamente honesto, aunque estaba determinado a confesárselo el fin de semana.
[code]Era difícil para Takano contener sus deseos por Onodera, cada vez que lo tenia cerca la inquietud lo envolvía, así eran todos los días, cada vez que lo veia, simplemente un fuerte deseo por abrazarlo o besarlo nacia, lo que hacia irritable el no poder hacerlo. Y aunque se había prometido así mismo no sobrepasarse con Onodera, finalmente no puedo. Se hundió mas en esos labios, pasando de un gentil beso a uno con más ímpetu, mas dominante, sus manos está vez bajaron a los pantalones de Onodera y comenzó a desabotonarlo para posteriormente bajar el cierre, esperando en cualquier momento ser detenido. [/code]
Onodera por reflejo retrocedió la cabeza un poco pero finalmente acepto el beso de Takano y aquellas palabras gentiles también, después de todo estaba harto de lastimarlo y a pesar de los años había cometido el “error” de enamorarse de la misma persona dos veces. Las manos de Onodera se situaron sobre la espalda de Takano, aún no estaba seguro de que hacer con ellas y aunque lo avergonzará todo lo que había aprendido era gracias a Takano, y eso incluía tratar de satisfacerlo también, pero aquello no era más que un beso, ¿verdad? De nuevo estaba pensando demasiado, pero el ruido en su cabeza siempre cesaba en cuanto el beso se iba haciendo cada vez más profundo y pasional.
[code]Una corvatura apareció entre sus labios formando una sutil sonrisa cuando escucho esas palabras, aunque parecía que Onodera había aceptado su petición forzosamente, en realidad, aquel fuerte sonrojo que había aparecido en los pómulos ajenos le hizo ver que no era así. A pesar de su fuerte carácter Onodera podía mostrar un lado tierno, y este se mostraban cada vez mas seguido, lo tomo del mentó y le obligo a alzar su tostro para poder verlo a los ojos, la mirada libidinosa, penetrante y lujuriosa de Takano indicaba que deseaba hacer mas que darle un beso, pero por esta vez había decidido no sobrepasarse con él, pues Onodera siempre le pareció mas un cachorro asustadizo que siempre sale huyendo con cualquier movimiento brusco.
–Te amo...
Susurro sobre sus labios tras a ver acortada distancia, antes de besarlo profundamente, rodeando al instante su esbelta cintura con uno de sus brazos cuando sus labios se unieron.[/code]
“Quiero besarte” aquellas palabras provocaron que Onodera se erizara, sinceramente prefería que lo hiciera a que lo dijera, era tan difícil para Onodera aceptar palabras de afecto, y aunque amaba a Takano no podía evitar que aquellas cosas lo pusieran de los nervios, el rubor incremento sobre las mejillas de Ritsu quien indeciso entre si hablar o no hablar simplemente desvió la mirada bajando el rostro en forma de aceptación. Tomo una gran bocanada de aire y casi como penitencia cerro los ojos aceptando. Solo hazlo. Dijo con un poco de brusquedad involuntaria.
Fueron 5 largos minutos, comenzaba a creer que no diría nada pero sus ojos se abrieron como platos al instante de oír a Onodera decir su nombre, su sorpresa había sido enorme, a tal punto que, la sonrisa que hace unos momentos mantenía desaparecio. El que dijera su nombre lo inundó de una plena dicha que no pudo contener, como efecto lo abrazo con mas fuerza sin llegar a lastimarlo, guardando silencio por unos minutos antes de hablar.
–Estoy tan contento.
Takano era bien conocido por guardar la compostura, a menos que lo hicieran enojar, pero regularmente la seriedad que mostraba podía confundirse con indiferencia, aunque su cambio de actitud podía variar dependiendo de la persona con la que se le podía ver en ese momento, se le podía ver soreir o incluso coquetear, pero cuando tiene que ver con Onodera su estabilidad se ve derrumbada, todo su cuerpo comienza a arder hasta que su inquietud termina venciéndolo