—¡Oi! ¿A caso estas ciego? Eres un peligro andante. ¡Mira! Es peligroso pasearse por ahí, sin prestar atención. Idiota. Sera mejor que te mantengas cerca de mí.—
[code]Estaba por dejarlo ir cuando de la nada fue sujetado por su corbata y atraído hacia esos labios, todo había pasado tan rápido que no pudo corresponder a esa inesperada acción que lo dejó sorprendido y con los ojos totalmente abiertos.
No sabia que pensar y mucho menos como actuar, por lo que dejo ir a Onodera, cubriendo su propia boca mientras lo vei irse y, por primera vez se sintió avergonzado. Después de unos segundos congelado, su rostro volvió a tomar su semblante natural.
Aquel beso había logrado despertar nuevamente la bestia que Takano albergaba en su interior. ¡Y no! No lo dejaria escapar tan fácil, dejando atras todo, salio disparado del salon para ir tras Onodera que pronto alcanzo en la recepción del hotel, lo apreso del brazo con fuerza mientras le dedicaba una mirada libidinosa, penetrante y lujuriosa.[/code] [. . .]