APARIENCIA: Mujer, mitad humana, mitad elfo, de veinte años pese a parecer mucho más joven a primera vista. De complexión delgada y estatura alta, alcanzando casi el metro sesenta y cinco. Ojos oscuros, profundos que no transmiten nada y pelo gris ceniza, blanco para muchos y negro para algunos, el cual se mantiene suelto la mayoría del tiempo. Pálida y, usualmente, de aspecto dejado y sucio.
HABILIDADES: 「 ... 」
[med]0.- HÁLITO DE LOS BASTARDOS.[/med] El Señor Oscuro, también conocido como Nightingale, gobernador de las tierras que comprendían al Continente en su totalidad y uno de los mayores enemigos para la amenaza que suponía el Imperio. Un elfo que reinó en su momento, conocido por su poder, mas, poco o nada se tendrían en cuenta a sus vástagos. Una inmensidad de hijos bastardos repartidos por todo el territorio del Continente.
Muchos abandonados a su suerte, condenados a morir en la mayoría de los casos, pero no para un caso en concreto. Una mitad humana y mitad elfo que no sería reconocida por un padre, pero que, tiempo después, tomaría bajo su tutela. Una niña a la que ya se le enseñaría a andar, a hablar y, no más tardar, se le brindarían cuchillas para que aprendiese a valerse por sí misma.
No tardó en destacar a temprana edad gracias a sus habilidades, quizás fruto de su procedencia. Un hecho que le brindaría a la niña un lugar dentro de la élite privada del Señor Oscuro, también conocidos como los Heraldos.
[med]1.- AROMA A HIERRO.[/med] Miseria, el nombre el cual sería brindado a aquella niña. Palabra por la cual se haría referencia a ella, pero que nadie sabría si este se trataba realmente de su nombre o un simple apodo. Una muchacha de la que se dice que estuvo desde la creación de los propios Heraldos, quien se ganaría el ser reconocida como la mejor asesina de ellos y, posiblemente, del Continente en dicho momento.
La chica parte de los Heraldos más reconocida y que se ganaría aun más fama a medida que lograba vencer cada conflicto que libraba. Un "brillo oscuro" manchado con la sangre de muchos, el cual no se apagaría ni aun teniendo bajo su mando al considerado como el peor de su grupo, un niño que acogería por petición de su padre. Mas, poco o nada le importaría en un comienzo y menos aún le iba a parar en su ascenso.
Una asesina, hija de un tirano quien trabajaría bajo su mando. Trabajando para el vencedor de las guerras y dándole la victoria en manos, hasta que la muerte del poderoso llegó y su sangre quedó regada.
La muerte del Señor Oscuro por parte del Imperio sería un punto de inflexión para los Heraldos, quienes ahora se habían quedado sin figura a la cual seguir. Una figura muerta con la cual ninguno de los Heraldos, quienes luchaban para el más fuerte, se sentían representados. Un momento clave para dicho grupo, un momento que cambiaría la historia de ese pequeño ejército el cual acabaría bajo las órdenes del Imperio.
[med]2.- DANZA A LOS MUERTOS.[/med] La entrada de los Heraldos, de la élite privada de Nightingale al Imperio no supondría un cambio demasiado significativo para la parte dominante. Un grupo de guerreros, de asesinos sumados a los miles que conformaban ya las filas del bando vencedor. Un grupo que sería una de las tantas pruebas del poder que tenía y tiene el Imperio, quienes fueron capaces de vencer al hombre que, en su momento, reinó todo el Continente.
Los Heraldos pasarían ahora a ser reconocidos como uno de los tantos grupos de asesinos al mando del Imperio. Asesinos los cuales aumentarían en número con el pasar del tiempo, de los años. Grupo donde se especula que Miseria permanecería, siendo una de las más antiguas dentro del gremio, además de una de las que tendrían más poder y habilidad dentro del mismo grupo.
