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36-40, F
It doesn't matter what you feel - ultimately, it's what the audience feels.
About Me Notes
About Me
Pʀᴏᴅᴜᴄᴛᴏʀᴀ ᴇɴ Rᴀɪɴʙᴏᴡ Pʀᴏᴅᴜᴄᴛɪᴏɴs.
Aᴅᴜʟᴛ Iɴᴅᴜsᴛʀʏ.
Mᴀɴʜᴀᴛᴛᴀɴ ɢɪʀʟ.
Nᴇᴀᴛ﹣ғʀᴇᴀᴋ.
Cᴏɴᴛʀᴏʟ﹣ғʀᴇᴀᴋ.
Mᴀᴍᴀ́ ᴅᴇ Tᴀʟᴜʟʟᴀʜ.


Si tuviera que describir mi vida in a nutshell... Diría que ha sido un constante proceso de desencanto. ¿Por qué? Es complicado, y no muy corto de explicar.

Crecí en Manhattan, y uno de mis primeros recuerdos es el de mi madre escabulléndose en la noche. Nunca más la volví a ver, y si te soy honesta, no tengo otro recuerdo más de ella; ni para bien ni para mal.

Mi papá, más que triste, creo que estuvo enojado por mucho tiempo. Pero no tardó en casarse. Pocos momentos recuerdo tan felices en mi vida como cuando Lainie llegó a nuestras vidas. Fueron días dichosos, casi un par de años de ensueño, al menos hasta que llegó Lance, el primero de tres medios hermanos que llenaron mi casa y a mi familia de chillidos, risas, y mucha soledad para mí.

Bueno, al menos teníamos una casa bonita y grande en el corazón de Manhattan, que es mucho más de lo que muchos podrían tener en esa ciudad, o en cualquier otra, en realidad. La gente asumía que éramos judíos; tanto por nuestro atípico apellido, como por el dinero que teníamos, aunque nunca supe bien qué hacía mi papá, sabía que tenía muchas propiedades de las que cobraba rentas y nos daba una muy buena vida.

De cualquier forma, mis tardes de soledad voluntaria me la pasaba viendo las viejas películas de mi papá, y ese hombre sí que estaba obsesionado con Rita Hayworth, Marilyn Monroe, Ginger Rogers, Lana Turner, y Lela E. Rogers. Me vi cada una de sus películas, y me enamoré de su sensualidad natural, de esa forma que tenían de provocar las más bajas pasiones e impulsos en todos los hombres. Mi sueño se volvió hacer películas, tan mágicas, que arrebataran los suspiros que esas películas le arrebataban a mi papá, o a mí.

El momento llegó, y apenas terminé la preparatoria, me mudé a Los Ángeles para estudiar cine en la UCLA.

Todo iba bien; la vida era buena, glamourosa, estaba llena de sueños y grandes prospectos. Pero en mi segundo año en la universidad, metieron preso a mi papá; resultó que era un estafador.

Perdón que me ría, no es gracioso, en realidad, el hecho de que hayamos sido ricos por años porque estuvo robando, y que un día hayan llegado los federales a quitarnos todo. No, no es gracioso, para nada. Pero es un buen plot-twist. Uno bueno, en realidad.

De cualquier forma, la vida tuvo que seguir para mí; ya no tenía la seguridad financiera que mi papá me daba, así que, como cualquier mortal, tuve qué comenzar a trabajar, a estudiar, a batallar con la vida real, y eso, como a cualquiera, le drena los sueños, y las esperanzas.

La vida da muchas vueltas, dicen por ahí, y vaya que la mía dio varias. Como ya te imaginarás, mi sueño no fue como esperaba, ni me llevó a los lugares a los que esperaba. Hollywood es duro, sólo cuando eres joven no lo quieres creer, pero pronto te topas con sus barreras.

Y fue así como terminé en la Industria del cine para adultos.

Comencé trabajando para una productora que hacía películas eróticas, ¿recuerdas esas películas que salían en The Film Zone o en Golden después de las 12? Así es, fueron mis primeros trabajos.

Si para ese momento mi vida ya había dado suficientes vueltas, bueno... Prepárate, que viene la más tumultuosa de todas. Tras unos años de crecer poco a poco dentro del medio, conocí a Hunter.

Sí, a ese Hunter, a mi ex-esposo.

Bueno, resulta que, cuando por fin ya era directora, él apareció. Comenzaba a desenvolverse en el medio, no era nadie en aquella época. O más bien, no era nada de lo que hoy es, es eso. Era ligero, divertido, raro y desatinado, pero jamás disfruté tanto trabajar con alguien como lo hice con él. Pasábamos horas en la sala de postproducción, ideando canciones para las escenas eróticas, de las que nos reíamos hasta el cansancio, y sacábamos nuevas ideas para siguientes capítulos.

Lo siento, creo que me desvié. El punto es... Que no tardé en darme cuenta de que Hunter era un drogadicto, quizá alcohólico, y además de todo, adicto a la pornografía. Es difícil acordarme ahora, después de todo lo que pasó, que alguna vez creímos que llegaríamos a ser un gran y reconocido compositor de música que se codearía con John Williams, o con Ennio Morricone, y que yo llegaría a emular la belleza y sensualidad del cine de oro como directora.

Bueno, te dije al principio, ¿no? El desencanto nunca tarda demasiado en llegar. Logré que nos casáramos ( y digo logré, porque Hunter no quería, debí saber entonces que ahí no era), pero sólo lo logré porque... Bueno, Talullah venía en camino.

Talullah. Perdón si suspiro. Talullah-lulla-lullaby.

Y bueno, después de que claramente una familia jamás iba a satisfacer a Hunter, múltiples infidelidades, humillaciones, y decepciones, nuestro corto matrimonio llegó a su fin justo antes de que Talullah llegara al mundo. Así que llegó al mundo cuando su madre estaba más rota que nunca, pero eso lo arregló todo, lo arregló todo.

¿Hunter? Bueno, nada, estamos intentando eso del co-parenting, aunque es muy caótico, la verdad. Y cada quien intenta retomar su vida, o algo así.

¿Qué te puedo decir? Incluso hoy seguimos compartiendo cosas fundamentales: sueños frustrados yunahija.

Y... Esa soy yo, en resumen. Corto. Muy corto.

...

¿Cuánto me dijiste que costaría la hora de terapia? Quizá necesite más de una a la semana.