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As1526751 · M
[code]Tres golpes. El tiempo de su visita estaba consumiéndose más rápido de lo que podría haber anticipado.

En fin... –exhaló con cierto fastidio reflejado en su rostro. Su posición en la silla cambió y, al acomodarse nuevamente, su aura se transformó radicalmente.

Esa actitud, aparentemente desinteresada, se tornó en la de una bestia sedienta de sangre.– ¿Conseguiste la dirección de mi pequeño svin'ya? –preguntó con una voz que transmitía esa frívola necesidad, y un instinto natural, por divertirse a costa de la vida de otros.[/code]
As1526751 · M
[code]Lo sabía, lo entendía perfectamente. Conocía la decisión y el deseo de aferrarse a la vida: un sentimiento que alguna vez compartió, pero que ahora se extinguía como una diminuta llama en medio de una ventisca. Quizá, y solo quizás, por eso mantenía su efímero interés en mantenerla con vida.

Vivirás. Tan solo disfruta de ese caramelo como una buena niña, aunque no prometo que tenga un sabor dulce... Terminas acostumbrándote. –como reflejo a sus palabras; se encogió de hombros, demostrando la poca importancia que tenía el sabor contra las ventajas que se obtenían.

Pero, a pesar de la tranquilidad que se instauraba en la habitación, la realidad golpeó su puerta con suaves golpes:

Toc. Toc. Toc.[/code]
T1578462 · F
golosina, pero ¿Al menos no me matará muy joven? Aunque parezca broma, me gustaría vivir un poco más. —ironía. Ahora dispuesta a continuar, pone el caramelo en el interior de su boca y lo degusta. De inicio su sabor no fue tan agradable como se espera en un caramelo, pero conforme fue descubriendo el mar de sabores en su paladar, pudo contrarrestar ese amargo sabor a medicina.
T1578462 · F
— ... Hai —pronuncia con desgano. Sabe que los lamentos y las ganas de acompañar a Angelique en sus últimos momentos no iban a cambiar su destino. Levantarse y dirigirse hacia donde ella probablemente sería una pésima idea, y peor aún, un golpe directo a la impotencia que se gatillaría.

Entre ese trago amargo y la compañía del hombre, su mirada fue atraída hacia él como a la golosina que le fue ofrecida. Viniendo de él, probablemente se trate de algo más que un simple caramelo. Lo sabía mejor que nadie, pero el dolor se reciente pese a denotarse superficial, no parece cesar. Obligada por sus ansias de encontrar aunque sea un poco de tranquilidad, extiende su mano derecha hasta donde la golosina para envolverla entre sus dedos y palma. El sonido de la envoluta crepita al ser extraído de su mano, y vuelve a crepitar cuando en posesión de la nipona, este es finalmente retirado del caramelo.

— Sé que aunque te pregunte de dónde sacaste esto, me seguirás diciendo que e
As1526751 · M
[code]Notó la expresión en el rostro femenino: impregnada de angustia y pesar por la pérdida de un compañero, de seguir vivo y no unírsele. Con ello, el ambiente se volvió tenso, pero no tardó en quebrarse cuando el hombre arrastró una silla hasta el costado derecho de la camilla.

Eventualmente, tomó asiento con el respaldo hacia adelante; adoptando una postura menos casual.– Lamentarse no cambiará nada... Tendrás que aprender de esa experiencia, milashka.

Mientras la mujer mostraba incomodidad y dolor por sus heridas, él rebuscaba en sus bolsillos y, tras unos segundos más, sacó un pequeño envoltorio de plástico que ofreció.– Toma, una pequeña golosina. –podría sonar como droga, y en cierto sentido lo era, pero era más bien un remedio para apaciguar los receptores del dolor y acelerar la función de las células.

Simple a la vista, pero ese caramelo tenía un alto valor en el mercado negro.[/code]
T1578462 · F
— Angelique. —pronuncia su nombre, pero la culpa que siente tras esa pérdida parece carcomer su consciencia. No iban por ella, un alivio tan grande el de seguir respirando, pero no la exime de la culpa. Nada lo hace.

— Dios... —cerró sus ojos para ese momento, aún cuando la voz de Aleksandr fuese más un dolor de sienes que de gran ayuda, logra calmar esa ansiedad que naciente crece e intenta apoderarse de su raciocinio. Trató de acomodarse en ese asiento improvisado gracias a la camilla, pero el dolor de las laceraciones en las cervicales no hacían ese trabajo tan fácil. —U-Ugh... Quizá esto no me mató, pero algo más lo hará. Bueno, eventualmente.
As1526751 · M
[code]Veamos, veamos. –la mirada curiosa del hombre se dedicó a ojear todo el expediente.

La paciente ingresó cerca de las tres de la madrugada; presentando varias heridas que se describirán a continuación. Pequeña laceración sobre la región de la carótida, varios traumatismos sobre la zona del rostro. Uno pareció ser alarmante, pero la nariz se reacomodó fácilmente... Y demás cosas que tampoco te matarán.

Cerró de golpe el expediente, dejándolo sobre su sitio para finalmente ver a la mujer en cuestión.– La otra chica... ¿Cómo se llamaba? Sé que empezaba con A, bueno, da igual. Está respirando, gracias a nuestra avanzada tecnología... No pasará de esta noche.[/code]
T1578462 · F
Mal momento, pésima hora. —responde con total calma. No hay tiempo para quejarse del dolor, pues más que acostumbrada a una vida tan agitada y peligrosa, vive en una encrucijada al no tener opción de salir de ese mundo lleno de bestias y demonios que visten piel humana. El sonido del monitor mantiene el ritmo de sus signos, indicando que se encuentra fuera de peligro.

Sus ojos se mantienen siguiendo los pasos de inicio a fin. — Sólo han sido unas cuantas puntadas y uno que otro golpe. No iban por mí, eso estaba claro.
As1526751 · M
[code]Te dije que tuvieras más cuidado al hurgar información, milashka. –sus palabras resonaron sobre las cuatro paredes, creando un frágil eco que se combinó al unísono junto con los pasos que daba y al suave pitido del monitor de signos vitales.

Pasó de largo, sin siquiera verla, pues fue directo a leer la hoja médica que yacía a pies de la cama. [/code]

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