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SabrielWolrick · 31-35, F
De entre sus dedos se escurría la posibilidad de rescatar a Salias y la frustración resultante de ello provocó que los ojos de Sabriel se inundaran de lágrimas. No sabía cómo aquella divinidad había llegado a la Biblioteca ni por qué, pero nunca se había sentido tan decepcionada y perdida en su vida.
Lo había arruinado todo.
Con cuidado, recogió a Ranna del piso, guardándola en la bandolera. La campanilla se agitó de forma autónoma, intentando repiquetear. Sentía la vulnerabilidad de la nigromante y quería dormirla, pero la muchacha logró colar sus dedos e impedírselo, antes de sujetarla con las cuerdas de cuero. Apoyó una mano sobre la roca oscura, mirándola con nostalgia. No sabía qué era lo que había rodeado a Thanatos, pero por primera vez, Sabriel se sintió insignificante.
Sorbió su nariz, conteniendo las lágrimas que nunca escaparon de sus ojos.
Esperó a que despertara, notando cómo la rigidez de la piedra cedía cada par de minutos. [...]
Lo había arruinado todo.
Con cuidado, recogió a Ranna del piso, guardándola en la bandolera. La campanilla se agitó de forma autónoma, intentando repiquetear. Sentía la vulnerabilidad de la nigromante y quería dormirla, pero la muchacha logró colar sus dedos e impedírselo, antes de sujetarla con las cuerdas de cuero. Apoyó una mano sobre la roca oscura, mirándola con nostalgia. No sabía qué era lo que había rodeado a Thanatos, pero por primera vez, Sabriel se sintió insignificante.
Sorbió su nariz, conteniendo las lágrimas que nunca escaparon de sus ojos.
[...]
Esperó a que despertara, notando cómo la rigidez de la piedra cedía cada par de minutos. [...]
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