Mencionaría con ingenuidad y optimismo aquella pequeña Sailor mientras avanzaba felizmente a través de las escaleras que la guiarían hacia aquel majestuoso santuario, tarareaba una canción con desbordante alegría hasta que logro vislumbrar a lo lejos aquel empolvado lugar, no espero demasiado para ponerse en acción, no se le daba muy bien la limpieza, sin embargo estaba dispuesta a esforzarse para que todo quedase reluciente, aventó una cubeta llena de agua hacia el santuario, empapandolo por completo para posteriormente rociar un poco de jabón y comenzar a tallar intentando dejar reluciente el lugar en donde colocaría su pequeña ofrenda y la rejilla en donde se depositaban las monedas, su cara había terminado completamente sucia sin embargo la operación había sido un éxito, con suma delicadeza acomodo las veladoras a los bordes del altar para posteriormente situar los panes al vapor en la parte de en medio y algunos dulces a los alrededores