━ Soy predecible porque no necesito mantener la guardia en alto contigo, o acaso ¿necesito estar a la defensiva?

Sus puntiagudas orejas se elevaron a lo alto mientras que su pequeña nariz se meneaba detectando un aroma ya conocido y no era precisamente el del zorro si no el de aquella bebida con el aroma lo suficientemente fuerte para atraer su atención, a gran velocidad y en sus cuatro patas se sumergió entre las hojas del bosque, bocadeándose un poco en el suelo para que su aroma se mezclara con el del musgo, el pasto y las piedras para de esta forma acercarse de forma silenciosa hasta aquel árbol de cerezo como si se tratase de un borrón oscuro casi invisible

━ Te encontre

Sonrió desde la rama de arriba arqueando su cuerpo lo suficiente para poder tomar la botella de saque entre sus manos

[code]Es que eres tan predecible, que de hecho cazarte sería algo demasiado fácil.

★ Bebió sake de la copa que sostenía con su diestra, permaneciendo sentado desde lo alto de una rama de un antiguo árbol de cerezos observándola con una mirada llena de malicia. ★

Para dar con la ubicación tendrás que hacer mérito.[/code]

━ Hey, esto no es como ¿trampa o algo así?

Cuestiono arrojando el bulto de hojas hacia un costado, para poder apresurarse a sumergirse en el interior del bosque buscando la silueta del zorro, impulso sus piernas en un ágil salto para poder aterrizar sobre una de las ramas de un gran roble para buscarle desde las alturas

━ No me obligaras a caminar, ¿cierto? Y necesito un mapa porque de lo contrario no se en donde mas buscarte

Mencionaba perezosa la felina rascándose un costado con una de sus patas

Hanekawa. ~

★ Susurró la voz del Kitsune entre la bruma del bosque, pues cuando ella menos se lo esperó, la efigie que permanecía frente a los ojos de la chica desapareció entre una hojarasca, evitando cualquier contacto físico con la Neko. ★

¿Al templo? ¿Por qué quieres ir al templo?

━ Nya-mo-e

Resonaría con gentileza la voz de cierta felina que había perdido el camino hacia el templo desde yacía algunos meses, aquella voz se escuchaba a las afueras del enorme santuario sin embargo sus movimientos eran rápidos y sigilosos, sin hacer ruido de un momento a otro ya se encontraba a las espaldas de su amigo el Kitsune a quien no dudo en intentar sorprender al tocar las costillas de este en pequeños piquetes