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22-25, M
❛Si te dejas morder te daré el gusto de conocerme❜ ┆ ʀ﹢₁₈ ╲ ɢᴏʀᴇ ╲ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇ
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AG1574560 · M
Le permitió aquel atrevimiento, sin despegar su mirada aguamarina del ser vampírico frente a él volvió a sonreír.

━ ¿Qué avala tu fidelidad? Es decir ¿Cómo sé que serás mi perro más fiel?

Comentó con la tranquilidad que le caracterizaba. Escuchó todo en un analítico silencio. Si, necesitaba a alguien como él. Una bestia encadenada a su voluntad era lo más tentador que le habían ofrecido hasta el momento. Sin embargo, las últimas palabras que le escuchó decir le hicieron reír unos segundos.

━ Es tu aspecto.

Confesó de forma sincera. Y es que, un joven más bajo que él, de piel blanca, cabello albino y ojos carmín eran el DejaVu más real jamás antes experimentado.

━ Me recuerdas a alguien. Solo eso. Y bien Sven...

Cambió de tema alejándose del albino para regresar a su asiento.

━ Has despertado mi interés. Dime ¿Cuáles son tus términos?
 
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LucianoSalvatore thinks you are Selfish.
AG1574560 · M
Sonrió soltando aire en forma de risa. El Italiano ahora estaba seguro de lo que, minutos antes, había pensado al verlo entrar.

━ Solo tu alma, Sven.

Contestó casi en automático. La petición del albino lo hizo callar para mirarlo fijamente, claro, sin que sus labios dejaran de sonreír. Se apoyó contra el escitorio para examinarlo con escrutinio, los ojos aguamarina detallaron los rasgos destacables que le mostraba. Finalmente, se recargó en el respaldo de la silla observando en silencio aquella transformación, al moreno aquellas metamorfosis tan sobrenaturales le hechizaban.

━ ¿Asesino a sueldo? ... Suena tentador, pero dime Sven ¿qué te hace tan especial como para que, sobre toda la lista de recomendados, haga que te elija a ti?

Guardó silencio, analizó con cuidado las palabras que usaria para responder aquella pregunta. ¿Así que olía a muerte? No era novedad, aquellos que vivian en el bajo mundo tenían esa característica.

━ Me temo que, mientras no haya un lazo "Jefe-empleado" no puedo darte detalles de mi, ya sabes lo que dicen por ahí... un mago no rebela sus secretos, sin embargo, solo puedo decirte que, tienes razón, no soy solo un "Empresario". ¿Juegas ajedrez Sven?

Se levantó de su silla para encaminarse hacia la pequeña sala de la oficina, ahí, sobre la mesa del centro un pequeño tablero de vidrio tallado resaltaba discreto. Tomó la pieza de la Reina y la lanzó hacia el vampiro.

━ La pieza más importante es el Rey ¿Cierto?... Yo vendría ocupando la pieza de la reina, o eso dicen; protejo al Rey, pero me muevo a mi conveniencia dentro del tablero de una de las redes más grandes del bajo mundo. Lo siento, no puedo rebelar más o podría caer en hacke contigo, aun no sé con que intenciones acudes a mi...
AG1574560 · M
━- Encantado de conocerte Sven.

Tomó asiento y tras escucharle asintió ante la primer pregunta, fue el segundo comentario lo que le hizo abrir los ojos con sorpresa para después sonreír con picardía.

━- ¿Debo tomar eso como un halago?

Comentó con una voz suave y tranquila, no le había ofendido el comentario, por el contrario, le parecía divertido.

━- Permíteme regresarte el cumplido, tienes esa "chispa" que sin duda busco en mis empleados... Originalidad, la llamo yo.

Repitió las mismas palabras que el peliplateado y con la misma intención. Relajó el cuerpo recargando su espalda contra el respaldo de la silla de piel, su aceitunada mirada no se apartó de esos rubís hipnotizantes y una risa divertida escapó de sus labios.

━- Sven puedes dejar de aparentar, ahora estamos solos, no debes guardar ya las apariencias. Es obvio que no eres un chico tranquilo sino muy por el contrario, por favor, desnuda tu alma conmigo.

Sonrió de medio labio suavizando su mirada y regalándole un guiño continuó. Esta vez, cruzó su pierna derecha sobre la izquierda y se tomó la barbilla en un gesto pensativo.

━- Ahora Sven, hablemos de negocios. ¿Quién eres? ¿Y qué tipo de trabajos realizas?
AG1574560 · M
Tensó los músculos de su mándibula en cuanto lo vio entrar, un hombre de cabellos blancos y ojos rubi no eran, nunca, buen presagio para el Italiano. Sonrió por aquel pensamiento, pero aun con todo y eso extendió su mano para corresponder el saludo estrechando con moderada fuerza la mano ajena.

- Me halaga que conozca mi nombre, pero me temo no conocer el suyo. Buenos días Señor...?

Guardó silencio ya que no conocía bien el nombre del albino frente a él , le soltó la mano e hizo un ademán para indicarle que podía tomar asiento.

- Donde usted guste.

Señaló con una sonrisa mientras el mayor hacía lo propio al examinarlo de igual forma. Lo observó discretamente, como acostumbraban a hacerlo los hombres como él, en silencio, sin embargo, lo que más le llamó la atención fueron aquellos ojos al rojo vivo y la extrema palidez de la piel. Sonrió en silencio, pensando inconscientemente que ambos contrastaban a la perfección en esa pequeña oficina.
AG1574560 · M
No era su costumbre acudir a aquel complejo de oficinas del gran edificio en el centro de Tokyo, pero días como aquel lo ameritaban. Había rentado el último piso del alto edificio para instalar ahí una oficina desde donde controlaba sus actividades legales, es decir, las inversiones hacia las multinacionales de las que era socio mayoritario.

El despacho era vasto, bastante amplio. Tres de las cuatro paredes eran ventanales de cristal claramente reforzado y por el exterior con efecto espejo. En un costado estaba un gran escritorio de sólido cristal, sumamente moderno, tras este un cómodo asiento de piel negra, frente a él, al otro lado del escritorio, dos asientos más del mismo material. Del lado contrario había un juego de sofás de piel oscura y una mesa de cristal al centro. La decoración era muy sobria, dos plantas y unas cuantas esculturas abstractas.

El Italiano se encontraba sentado frente al escritorio revisando unos papeles de transacciones hasta que la llamada de recepción lo interrumpió, levantó el auricular y puso pausa a sus actividades.

- Dile que pase.

Sabía perfectamente de quien se trataba, aquel chico al que no pudo visualizar bien aquella noche, pero, si su pequeño pelirrojo lo había canalizado hacia él, le daría una oportunidad, además nunca estaba de más tener uno extra en su nómina.

Fuera del despacho la recepcionista le informó al joven de cabellos platinos que podía ingresar a la oficina. Lo escoltó hasta la puerta, abrió una de ellas y lo invitó a pasar.