-Para entonces, Sapphire se encontraba envuelta en aquella larga toalla habiendo acatado la orden del vampiro. Cuando le vió llegar, sus mejillas recobraron con prontitud esa notoria coloración propia de ella, después sujetó la prenda de ambos bordes, adentrándose y notándose la diferencia de la talla con la pequeña complexión de la niña. Una vez lista, se levantó de aquella cama pisando con esos pequeños pies desprotegidos de todo calzado, realmente era encantadora a simple vista.-

- Gracias. -Dijo con amabilidad, siempre cortés y muy educada. Alzaría su mirada al vampiro, habiendo tomado antes la larga toalla que usó y que dejaría en alguna parte ventilada para que estuviese seca en un tiempo. Ahora, por fin podía estar tranquila y sin riesgo a estar preocupada por cualquier situación que le haga sentirse en amenaza.-