— ¿Pues qué jodida suerte no? — Dijo el enorme pelirrojo llamado Bjorn mientras el más hablador de los otros dos bandidos yacía inconsciente en el suelo luego de la enorme palma que aterrizó en su nuca, fue de ese modo que observó a Svartur, y vertió algo de estofado para él, ofreciéndole este en un tazón de madera, esperando que comiera. Al otro bandido silencioso le dio un tazón pero escupió en él, era claro que no tenía nada para violadores, por mejor que se portaran ante el miedo. Mostró sin duda algo de empatía por el bandido, y comenzó a comer él mismo de su propio tazón, de seguro el otro bandido observó a Svartur con odio y rencor de que él si recibiera comida. Fue de ese modo que el pelirrojo comenzó a devorar del estofado, y si eran sinceros notarían que su aroma era delicioso, aparentemente el bárbaro no sólo era bueno matando. Los otros dos guardas dormían, y Jarrus se había metido a su tienda.
