**Comprendió el sentimiento que provocaba el recuerdo a su primo y compañero de armas. Se inclinó para recoger el sombrero y con cuidado, comenzó a sacudirle el polvo.**
Está bien, entendido.
**No quiso tocar el tema por que al igual que a Raguel, a Samuel le provocaba una culpa similar, pues aún podía recordar el sonido de su nombre de los labios de su líder agonizante que le exigiera que huyera junto con el resto. Carraspeó la garganta y luego se puso el sombrero de nuevo**
Una vez logrado su cometido se acomoda el guante ya que debido al golpe este se afloja un poco. Tan tranquilo como si no hubiera escuchado el alto tono en la voz del menor, se aclara la garganta - que se encuentra rasposa debido al abuso que hacía del alcohol - y muestra una media sonrisa. — Por eso nosotros debemos acechar en las sombras, idiota. Es mejor irnos con cuidado, más desde la... — El golpeteo incesante de la culpa lo lleva a bajar poco a poco el tono de voz, hasta volverse casi un susurro. — Última vez.
Sin pensarselo mucho el mayor alza el brazo y, tras agarrar vuelo, le propina un golpe en la nuca al albino con la palma abierta. — Nosotros no celebramos esas fiestas paganas, genio.
