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El mayor no dejaba de reír junto a loa demás testigos que habían por allí ante la indignada reacción del chico por sus comentarios de broma hacia su corta estatura. No obstante, al escuchar las palabras del joven nombrado Otani Atsushi, ladeó su rostro y le mostró aquellas entradas, con una mirada altanera y presumida.

— ¿Oh? ¿Interesado en una de estas entradas, pequeño? Me interesa tu entusiasmo. Pero, convénceme. ¿Por qué debería regalarte una de mis entradas tan fácilmente? — Le preguntó sin borrar su arrogante sonrisa, usando el par de entradas como abanico en su rostro, para refrescarse y llenar de ansiedad al joven pelinaranja.
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Dio sus datos de forma casual.

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Aquel comentario le había dolido un montón, se puso a reprocharle gritando mientras ambos se iban acercando entre un montón de malas palabras revueltas y entrelazadas de tal forma que no se le entendía nada y sin darse cuenta la gente ya se encontraba riendo alrededor de ellos como si se encontraran haciendo un mini show de comedia. [/c]

¡Serás, te voy a matar y aunque te mate estoy seguro de que Dios me perdonara!

Otani observo a su alrededor avergonzado todo era culpa de aquel maldito gigante se hubiese ido indignado de no ser porque observo los boletos de Umibouzu en primera fila de aquel chico, todo el mal humor se dispersó y los ojos de Otani inmediatamente se llenaron de brillo.

¡Umibouzu! ¿También vas al concierto? ¿Vamos juntos? Mi nombre es Otani Atsushi, soy de primer ingreso para primero de preparatoria.
...de su lado "bully", se acercó mucho más a él, sonriéndole.

— Oye, niño. ¿Estás perdido? ¿Te ayudo a buscar a tu mamá? — Preguntó con claras intenciones de burlarse de él, riendo por esto. — ¿Cuántos años tienes?
Luego de haber ayudado a sus compañeros de último año de preparatoria en los detalles finales del festival que tendrían en su escuela en el próximo fin de semana, Sasaki fue hasta los vestidores para colocarse las prendas que usaría para el concierto de esa noche en el centro de la ciudad. No quería ir solo allá: De hecho, había querido ir junto a sus compañeros Hirano y Ogasawara, pero estos ya tenían programado otros planes. Y ni qué decir de invitar a Miyano, pero aquello sería demasiado apresurado. Después de todo, el joven Miyano le aseguró que estaba pensando seriamente las cosas, luego de que Sasaki le confesara sus sentimientos. Por lo que, en conclusión, no quería presionarle en ese sentido, decidiendo asistir al concierto solo.

Después de salir de la escuela ya arreglado, caminaba por las calles de aquellos suburbios, en dirección al concierto. No obstante, a la distancia vio a un chico de estatura sumamente inferior a la suya, incluso menor que la de Miyano. Haciendo uso
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Golpeteo cómicamente la puerta sin embargo únicamente le entregó una mochila con ropa limpia y su entrada del concierto. ✫[/c]

¡Tienen que estar de broma!

Grito Otani para posteriormente dirigirse resignado hasta aquel concierto, a Otani siempre le gustaba verse bien, lucia unas gafas rosadas, una camisa vino y una chaqueta blanco con rojo y unos jeans rojos que combinaban con aquel complemento. Suspiro sin embargo lo acepto y se dirigió hacia el concierto, no estaría mal distraerse un poquito, ¿verdad?


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¡3 Metros, 3 MALDITOS METROS! De por si Otani sufría de un fuerte complejo de altura y ahora que había sido cambiado por un gigante aquel complejo he inseguridad en sí mismo se había hecho muchísimo mayor, era navidad y en febrero ingresaría a su primer año de preparatoria, se encontraba demasiado deprimido después de que Kanzaki lo había dejado sin embargo su expresión en blanco le impedían ser tomado en serio, caminaba con el alma escapándosele del cuerpo moviéndose robóticamente, tenía entradas para poder ir a ver a su Dios Umibozu sin embargo estaba tan en shock por la ruptura tan abrupta que ya no tenía ganas de ir.

Ya llegu…

Sus palabras se vieron interrumpidas por su madre quien le echo de casa con un cubre bocas decorando su rostro.

¡Estamos en estado de cuarentena, Otani, sálvate tú!

¿Espera, que? ¡No, déjame entrar!

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