StriderHiryu

Una semana atrás, hospedado en una posada de un pueblo de mala muerte se encontraba el joven Ankh, este yacía en la cama con todas sus ropas puesta. La noche anterior este dispuso a tomar toda la noche en un bar cercano, luego de hacer algunos trabajos locales y por consecuencia estaba en un estado de resaca o al menos eso parecía. Pero su paz no duro mucho al escuchar fuertes toques en la puerta de su habitación, llamando su atención lo cual hizo que abriera su ojo derecho, ladeando su cabeza en dirección a la puerta para verla. –¡Váyanse! – Respondió molesto, no le pareció nada agradable que interrumpieran su descansar. –¡Tuve una mala noche y trato de dormir, no me jodan! – Volvió a gritar hacia la puerta con la esperanza de que lo dejaran en paz, pero en vez de una respuesta un sobre blanco era deslizado por el espacio debajo de la puerta. Normalmente este ignoraría el sobre, pero el sello de placa del sobre le parecía conocido, demasiado como para simplemente ignorarlo.

Con un gruñido este pasa a levantarse lentamente de la cama, toma el sobre blanco con la mano izquierda de mala gana y se sienta en la cama, para abrirlo con su derecha, detenidamente se pone a leer el contenido de la carta. Suspira bastante molesto quitando la carta de su vista a bajar su brazo derecho, cierra sus ojos y con su mano izquierda específicamente utilizando el dedo índice y pulgar, suavemente estruja sus ojos mientras musita. –Maldita sea con la orden del Loto Carmesí y sus misiones de emergencia de último minuto, juro por que si no fuera por el dinero…– Se decía para sí mismo, apartando la mano de su rostro, se ponía de piel para preparar sus cosas he ir en su encomienda especificada con detalles en la carta, no era de su agrado, pero a pesar de todo el es una persona responsable.

Sin perder el tiempo se dirigió al lugar indicado por la carta, al pesar de tomar un transporte más pasivo compuesto por una carrosa rural que transportaba provisiones, este llego en 6 días, pero a tiempo, ya que se encontraba más cercano al lugar y contaba con más tiempo para viajar. La carrosa lo dejo en un sendero cercano ya que su rumbo no era el mismo al lugar de su misión, con suma agilidad este llego a las afuera de la ciudad donde pudo divisarla sin problema, no sin antes sentir aquel olor putrefacto que despedía de los alrededores. – ¡Urgh! Que maldito asco, huele como si estuvieran quemando carne humana descompuesta sin parar – Aunque su queja era un tanto especifica puede que no estuviera fuera de la realidad.

Con un vistazo a la ciudad pudo notar presencias bien activas, a la vez que razonaba que no había forma de entrar simplemente por al ‘’puerta delantera’’ por lo que decidió rodear la ciudad por fuera para tarar de encontrar una debilidad en su estructura donde pudiera escabullirse sin problema. Luego de caminar unos pasos sigilosamente este veía un manzano, sobre este una silueta, con su mano izquierda pasaba a tomar el mando se su arma sin desenfundar, pero listo para cualquier cosa, pero rápidamente noto la figura de la presencia, era de alguien bastante conocido para él, lanzó un suspiro, removiendo su mano del mango, mientras se acercaba a la silueta. – Con que a ti también te llamaron ¿No? – Se dirigía hacia el Ninja con un rostro bastante molesto, no específicamente hacia él, pero a la situación. –No me alegra para nada el verte, eso solo significa que lo que sea que pasa aquí es una verdadera mierda – Le hablaba divisando la situación en la que se encontraban, realmente no parecía que era algo común y cuando se refieren a ‘’común’’ no era una misión que verías en un guild o facción similar.

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