—No pudo evitar que temblaran sus piernas ante el apretón en su zona, se relamió el labio inquieto y entonces tomó la barbilla del azabache— Quítatela... Me estorba

—Por fin dejó a Steven tomar dominio completo, a su disposición, la lengua de este invadía su boca y Tony se dejaba. Entre suaves risas, apretó un poco su entrepierna para tentarle más.— ¿Quieres que me quite la armadura, Steven? Si eso es lo que deseas, pídemelo.

—Siempre adoro la calidez que obtenía en los labios de Tony, lucha intensa por el dominio dejó al Capitán victorioso lleno de mucha lujuria reflejada en su mirada pero el frío tacto con la armadura le había desanimado. Soltó un bufido y luego sus mejillas adquirieron un carmín leve — Si continúas no habrá marcha atrás... No sabes como me estoy conteniendo para no lanzarme sobre tí ahora mismo

Opino lo mismo. No perdería nada y ganaría todo. —Como era de costumbre, sus lenguas se unieron casi en seguida, frotándose una contra la otra y buscándose con insistencia en una intensa batalla por dominar el beso. Aunque ambos sabían bien que Steven sería el ganador. Los labios se separaron al contacto con el traje, su sonrisa ladina una burla de lo sucedido.— Por el contrario yo adoro tu traje. Se ajusta en los lugares perfectos. —Tras decir ello bajo la mano a la entrepierna de Steven.—

Nada que no pueda dejar para tenerte —Murmuró en un tono sensual rozando sus labios. Ansioso, colérico por sobre todo ante la sola idea de tener que mantener el secreto volvió a unir sus labios, su lengua cual serpiente con su tono abrupto fue llevando el beso a las cercanías de lascivia buscando la ajena para poder acariciarla y poseerla. Aquella mano en su cintura apretó la zona encontrándose con el frío tacto metálico, ansioso por tener más sin poder conseguirlo soltó un suspiro desanimado— Odio a veces tu traje —Murmuró entre besos—

Hay demasiado en juego con este secretito. Aunque no me fastidiaría dejar en claro lo que somos de una vez por todas. —Admitió rodando los ojos, pensando en como Cap siempre lo hacía ceder. Ambas manos de Tony fueron a la camisa de Steven, jugando con los botones de esta mientras sus labios seguían pegados.—

¿Acaso te molesta la idea? Si continúas moviéndote mi escudo hará evidente el trato —Ante la pequeña pausa sonrió, pero de inmediato con el mismo furor de un enamorado tomó los labios de Tony en un fogoso beso, su mano libre fue a parar en la cintura de este—

Quizás aún no. Pero en nuestros trajes somos fáciles de reconocer Rogers. —Le dijo momentáneamente sobre sus labios, aunque volvió a unirlos rápidamente.—