*¡Qué día tan horrible en la escuela! Regaños, llamada de atención, tareas, exámenes y tolerar a los insoportables profesores que no poseen una neurona viva en el cerebro. Nuevamente salió del colegio porque su intuición así se lo dictó, posteriormente, habría de buscar a su querido amigo y mejor maestro del abrumador camino de todo asesino: Peter White.*

*Su osadía brindó frutos, él estaba ahí,enfrente y con ésa larga sonrisa que todo varonil joven posee. Por supuesto que la niña le correspondió en aproximarse a él y cruzar sus pequeños brazos alrededor de la esbelta figura del azabache.-- Lo hice, siempre hice lo que me has enseñado. -Dijo afectuosa, animada y muy orgullosa de seguir al pie de la letra cada enseñanza. A simple vista es una pequeña, una niña que sin duda alguna, logró colocar una bala certera en la cabeza de la profesora, afortunadamente éso es historia y cosas del "pasado" ahora estaba con su querido Peter.-

─ ００２ ─

Cuando hubo pasado el momento abrió los ojos de forma exagerada y volteó a buscar a la pequeña, como si de repente se hubiese percatado de algo. Al haberla localizado corrió a su lado y ofreció su mano con una sutil sonrisa. — Los niños no deberían cruzar la calle sin supervisión de un adulto. — Explicó sus acciones.

“Peter, has llegado a tu destino” — Anunció la mecánica voz de la aplicación, haciendo reír al muchacho por la ‘extraña’ forma que pronunciaba su nombre después de haberla configurado. Sí, Peter hallaba maravilloso el mundo moderno.

─ ００１ ─

La oscura mirada del azabache estaba enfocada en la pantalla de su teléfono móvil, concentrando su total atención en las direcciones que el aparato indicaba. Su carente interés a su entorno lo llevó a chocar contra más de una persona quienes no ocultaban su irritación, mientras que otros tantos lo esquivaban sin olvidar dedicarle una mirada llena de reproche cuando el riesgo hubo pasado. Peter no estaba siquiera seguro de que la niña aún estuviera siguiéndolo, sin embargo estos eran lo suficientemente lentos como para que ella pudiera ir a su ritmo.

El navegador señaló que el Mini Super estaba atravesando la calle por lo que siguió las instrucciones como lo estuvo haciendo durante todo el camino. Fue entonces que, al tener un pie sobre el pavimento lejos de la seguridad de la acera, escuchó un fuerte claxon y por primera vez en todo el viaje Peter alzó la mirada, sólo para contemplar cómo un auto pasaba lo suficientemente cerca de él como para alborotarle sus negros cabel