Eres, mi peluche. — Ríe, y le toma del rostro para acercarlo más al suyo. — No si te como primero. — Muerde con cuidado su mejilla derecha, apretando la otra, y después desliza sus labios, rozándole los suyos. —

Me tratas como si fuera un peluche. — Hace amague de morder la mejilla izquierda pero apenas logra un roce de sus labios con la suave piel.— Te comeré. Grrr.~

Me gusta tu sonrisa y también tus mejillas. Son tan pachoncitas y suaves. — Sonríe, picando una con suavidad. —