Tú eres el que me pide dinero después. -De un brinco llegó al asiento que le correspondía en la pequeña mesa, llevo su trasero a la almohada que había en esta y se acomodó en la silla. Subió las piernas antes de tomar la taza de café acercándola a sus labios para dar un pequeño sorbo. deberías tener algo más que pan duro..- frunció los labios haciendo un puchero pero para su buena suerte no tardó más en llegar la comida que había pedido, entonces de la pretina del brasier se sacó un billete de cien, se lo dio a Soujiro para que con eso pagase. -Que el cambio se lo quede. -