Era malo para este tipo de cosas, no por alguna clase de desconfianza, al contrario, de Raisa habia despertado un aprecio muy marcado, tal vez por su presencia, quizas por el trato que existe entre los dos, lo desconoce, pero disfruta cada instante que comparte con ella.
— No suena mala idea! No sabia que podias hacer eso.
Era inexplicable lamentarse por alguien más, sin embargo, con Soujiro era diferente, alguien tan cercano en cada día transcurrido, alguien a quien apreciaba demasiado como para no brindarle ayuda sin tener que pensarlo. Y tras un par de minutos aplicando su mayor esfuerzo finalmente consiguió levantarse junto con él, puesto que no es tan débil como aparentaba ser.
— ¿Seguro? ¿Necesitas que te ayude con las heridas? He aprendido en hacerlo bastante bien.
Es consiente de que sus actos esconden cierta inexperiencia, mas no por eso encontraria algo que rechazar de ella. Le sonrio, a pesar de lo maltratado de su cuerpo, asi como de su rostro, Soujiro es capaz de mantener su fortaleza, o quizas esconder su propia debilidad, para no causar una preocupacion de mas, tal vez algo negativo, pero asi habria sido su costumbre por bastante tiempo ya.
— Todo esta bien, la verdad me estas ayudando bastante.
Fue torpe para poder guiarlo y en unir ambas manos, aunque su ayuda brindada era totalmente sincera, procurando esforzarse en todo momento, con lo inexperta que se mostraba no favorecía la situación. Sin embargo, ni siquiera eso logro desanimarla, al contrario su ayuda incremento al envolverse el cuello con aquel brazo tras inclinarse aún más.
Un poco complicado de dejarse ver, pero no podía desperdiciar de ninguna manera el ofrecimiento, por lo cual su diestra le extendió, de tal manera que buscaría la mano de la Kitsune, de modo que quedarían casi para tomarse.
Fue inevitable no prolongar su sonrisa y dejar escapar una risilla al ser enternecida. Sin embargo, en seguida negó suavemente tras brindar un par de caricias sobre la azabache cabellera.
— No, no. Mano.
Comprendía ese tipo de reacción, ya que también ella lo hizo tiempo atrás.
No es muy bueno para dejarse ayudar, no precisamente por un sentimiento de superioridad ni egoismo, si no mas bien, porque genuinamente no sabe como facilitarle a los demas el brindarle apoyo. Pero, prontamente se buscaria aproximar, de tal manera que quedando cerca suyo, inclina su rostro un tanto hasta su palma.
Tras escucharlo acceder unió ambas palmas y la mirada se le iluminó evidenciando entre su expresión cuan entusiasta se encontraba, por ende de inmediato ofreció su mano diestra.
