— Así es, la mayoría quiere dinero, fama, yo no quiero ello para mí, siempre he querido sobresalir y ser fuerte para demostrarle a mi padre que también puedo ser incluso mejor que él.
Comenta con cierto tono de molestia, a la vez que al volver a recuperar la compostura siente aquellas palabras dichas cómo respeto a lo que le contesta determinada.
— Ya que tú me dejaste ver a tu demonio, te dejaré mostrar el mío...... Byaukei.
Alzando el puño diestro se abre detrás de ella un circulo del cuál sale el zorro albo que está encadenado y con sellos que le impiden escapar de su atadura.
Desde la explicación hasta el modo de su respuesta, la verdad le parece bastante peculiar el como su contraria deja su determinacion bien expuesta. Asintio dos veces con la cabeza, era una respuesta mas que agradable para este.
-Curiosidad nada mas
Agregaria cruzando sus brazos por un momento, y seguido de ello devolverle la mirada, mantiene la afabilidad en su expresion, parecia una conversacion mas que normal.
-Hay representantes de clanes hoy que ni siquiera tienen busquedas claras, parece que tus ideales son mas ferreos
— Así es, planeo mantener el nombre de la familia.
Sonando determinada y expresando que son desde tiempo atrás un Clan que les da una importancia igual a cero el hecho del dinero. Usando siempre métodos poco convencionales para llevar a cabo la tarea compleja de mantener el orden y el equilibrio entre los mundos. Tras ver qué aquella máscara ha desaparecido igual los gruñidos de Byaukei.
— Se ve eres un cazador poco convencional, eres diferente de los que he visto... La mayoría sólo quiere dinero y puestos altos en la sociedad, reconocimientos pero a ti se te ve posees algo.
Tras escuchar que si desea preservar su linaje; Misuzu pregunta.
— ¿A qué vino tu pregunta de preservar mi Clan? Puedes decirme sin pena.
— Parece que tienes motivaciones claras, eso es algo que muy pocos cazadores tienen hoy en dia. Bueno, motivaciones que no sean el dinero.
Por su parte, tambien tiene las propias, algunas van un poco mas alla de las que tengan que ver con el poder o la gloria, esta buscando algo, y la labor de cazador es solo un escalon que le puede ayudar a conseguirlo... o al menos a eso aspira.
Finalmente la mascara desaparecio, la criatura no tenia mas que hacer por el momento, hasta que encontrase de nuevo una necesidad de consumir algo mas, la espada por otro lado se encuentra aun activa, aunque prefirio enfundarla puesto que esta solamente reacciona ante las muestras de vida, de mantenerla libre podria terminar queriendo combatir con ella.
— En efecto, también soy una cazadora. Aunque los seres demoníacos van evolucionando cada vez más, algunos han logrado ser invisibles y no emiten señas de vida hasta que ya es tarde.
Escuchando una risa proveniente de aquella máscara, por lo que le llega a Byaukei quien pese a tenerlo encadenado y no ha mostrado deja escuchar su gruñido feroz y agresivo.
— Muchos les interesa solo lo banal, nuestro Clan ha exterminado seres del bajo astral desde más de 500 años y mi deber es seguir.
Aunque lo nota en forma, le recomienda descansar y comer algo porque las peleas no se ganan con el estómago vacío y con el cuerpo a límite. Cosa que le enseño su padre Orochi Kagura.
-Eh... creo que en lo ultimo es donde precisamente me encuentro mas debilitado.
Tiene esa horrenda mala costumbre de ni siquiera preocuparse por si mismo, encuentra de alguna forma que el no descansar le sirve para mucho mas que cualquier otra clase de reposo, aunque, no es la primera vez que se le aconseja la posibilidad de que esto pueda serle incluso mortal, hasta la mascara solto una risa cual si fuera un eco en cuanto escucho su respuesta, algo de lo cual este trato de ignorar.
-¿Eres un cazador tambien? Por casualidad.
La duda vino en referente a lo que la rubia parece conocer, cruza sus brazos, va incluso mas alla de lo que alguna vez haya escuchado de otros interesados en el mundo mas alla del material
— Que el demonio que está contigo, es parecido a Byaukei. (Demonio zorro albo de 9 colas) al cual debo mantener encadenado.
Notando con la simple vista es un arma ordinaria para alguien común y corriente, pero mortífera si alguien con conocimiento de ese tipo de objetos la sabe empuñar.
— Estamos casi igual, con tal de que Byaukei no me consuma la existencia, tengo que liberarlo solo si hay presas de mayor poder. Es un ser altamente destructivo.
Por los rasgos y a ojo de buen cubero, ve que tiene aparte de fortaleza física un poder oculto que tiene que mantener resguardado. A lo que le responde alegre.
— Si entrenas cómo es debido, llegarás a cumplir tu objetivo; también descansar te hace bien porque si te sobreesfuerzas vas a terminar solo hiriendote.
Agrego con un tono que ciertamente mostraba un interes, la espada maldita no es precisamente un arma que pueda tomarse a la ligera, pocos eran conocedores de su naturaleza, y aun mas reducidos eran los que creian en su existencia, sea quien fuese, ella esta bien informada.
-No es un arma precisamente agradable para uso diario, reclama sangre cada que puede, pero aprendi a enseñarle, devorar espiritus inmundos le funciona mejor muchas veces.
Una explicacion corta pero directa, por ahora guardo el arma de nuevo en su lugar, prefiere no exponer a cualquier posibilidad de que encontrase algo en la rubia que despertara su hambre.
— Irradia un poder diferente, tiene esencia a diferencia de otras armas.
Debido a su físico no puede ser útil en el uso de armas, pero lo compensa en otros campos por lo que cada integrante en el Clan Tsubagakure/Kagura tienen cómo tarea mantener el equilibrio del mundo sin importar el costo.
— Es una de esas armas que veo es mortal para su portador, se ve es una maldición latente.
Lo que sabe es porque le encanta investigar y saber pros y contras cuando anda de un lado a otro y toparse con un Clan desconocido fue algo que le ha gustado.
Alza la espada en aquel momento. Es una katana de la cual su hoja oscura emana un tono rojizo cual si fuese sangre, algo que solo quien tuviese ojos especiales, o bien, no fuese enteramente ordinario, notaría.
La chica parece una caja de sorpresas, algo llamativo, el varón siempre ha sido preferente de conocer nuevas personas, quizás esté encuentro traería consigo muchas cosas. Por lo cual agregaría.
—Es un arma modificada, si. Forjada precisamente para cortar cosas no físicas
