**Caminando por las nevadas calles de la ciudad, una joven castaña caminaba a toda prisa hacia el colegio. Era un poco tarde y si no se apresuraba, muy probablemente no alcanzaría la primera clase. Le gustan los días de invierno, ama la nieve y los dias brumosos. Suspiró al cielo, mientras veía caer los ligeros copos de nieve sobre su rostro perdiendo total atención en el camino hasta que un fuerte golpe en el hombro casi la hace caer. **
ah...!
**Se recargó contra el frío muro de ladrillo de una vieja panadería y dirigió su mirar hacia aquel chico que se disculpaba con ella.**
Estoy bien... no te preocupes...
**Respondió la joven, dedicándole una jovial sonrisa para tranquilizar al chico que después de haber ofrecido sus disculpas, continuó con su camino. Intrigada, se quedó ahí de pie, observando como se alejaba del lugar. De improviso, recordó la razón de su ardua caminata.**
¡Llegaré tarde!
**Se apartó del frío muro alcanzando un par de pasos, antes de resbalar a causa del liso hielo de la banqueta, cayendo irremediablemente, sentada en medio de la calle.**
Era un frío día de invierno en las calles de aquella ciudad, la época blanca comenzaba a abrirse, la nieve ya se hacia presente en los parques y el frío se abría paso ocupando todo lugar a la vista. Una brisa delicada movía las hojas de los árboles y las personas se movilizaban apresuradas para llegar a tiempo a donde sea que les interesara llegar, la gente siempre estaba apresurada.
Aquella mañana transcurría con relativa normalidad para los residentes de la hermosa ciudad, trafico matutino, embotellamientos, taxistas gritando, gente corriendo, adolescentes por doquier, ejecutivos hablando por sus celulares, algo bastante normal. Las clases estaban a punto de comenzar y una joven de cabellos largos y castaños se encontraba caminando tranquilamente, admirando el maravilloso clima, amaba esta época del año. Sus mejillas estaban sonrojadas por el frío y sus manos estaban congeladas, pero eso poco le importaba, adoraba el frío.
Estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando un chico más alto que ella, choca estrepitosamente con ella. Por poco y pierde el equilibrio pero pudo afirmar bien sus pies al suelo. Suelta un suspiro de alivio. Frunció levemente el ceño y lleva su vista hacia el joven con quién había chocado pero él al decir unas palabras paso de ella y siguió su camino. ¿La había ignorado? no lo podía creer, aunque se había disculpado pero aún así le molestaba el haber sido ignorada. Volteo su cuerpo hacia donde se había ido el chico.
-¡Deberías fijarte por donde caminas!-Le grito la castaña, en tono molesto. Aunque no sabía si el rubio la había escuchado.
