(...) puedas vender. Cuida mucho el recuerdo de tu papi, ¿eh? — El único lado "suave" que tenía, era dentro del culo; pero a los veteranos les tenía un respeto digno del lavado de cerebro de aquellos tiempos. —
— "Era de mi padre" (oh shit), "gracias". Por un momento pensó que desecró el recuerdo de la rubia y, por un fugaz momento, se decepcionó consigo mismo por faltarle el respeto a lo que asumía era un héroe de guerra, como cientos de sus propios amigos caídos a lo largo de los años. La vista se le nubla, escucha chicharras en un bosque que no ha visitado en décadas y... Exhaló, fuerte por su nariz. La húmeda sencillez del beso en su mejilla lo devolvió a su silla. — No me agradezcas. — Se le veía un poco drenado, de momento. Pálido. Se paró de la silla un poco abruptamente, haciendo que esta cayera y alarmando a los empleados del estudio; algunos habían escuchado rumores de lo violento que era Ben. — Nicoletta, ¿verdad? — La rubia y él, por cosas del destino, se han topado en más de una ocasión. El mayor, quien realmente le llevaba alrededor de 40 años de ventaja, colocó su pesada mano izquierda sobre uno de los hombros de la atleta. — La próxima que te vea, te daré una firma que puedas
Se creía mala, ruda, fuerte. Con eso evita salir herida de las situaciones aunque en el fondo siga siendo una chiquilla y que él contrario le lleve diez años aproximadamente a su ingenuo pensar. El silencio era tortuoso aunque respiraba de forma calma turna la mirada entre la parte superior y el costado donde está el mayor. Ahora miraba sus pies, voy no tenía trabajo, hasta el momento no le habían confirmado nada. Así que cuando asomó la licorera notó el nombre del contrario, sonrió ampliamente mirándolo y de nuevo el metal rayado de negro, paso los dedos asintiendo. —Era de mi padre, él murió hace un tiempo .. Gracias ..— entonces en un arrebato se alzo a darle un pequeño beso en la mejilla con el corazón a todo galope.
— Atrapó en la zurda el contenedor, asintiendo a ella con una mueca aprobatoria. Lo abrió, dándole un par de tragos profundos antes de exhalar, gustoso. Cuando llegó el momento de devolverle el trago a la rubia, esta lucía dispersa, como si no supiera que él está ahí. Hay un sin número de cosas y conceptos modernos que no entendía, pero el sexo opuesto era algo que descifró a sus 30 ( o eso pensaba el muy morón ); estaba nerviosa. ¿Y cómo no? Él era él. —
— En un desliz de humanidad, no fue sangrón con ella y, por el contrario, antes de sacarla de cualquier sueño diurno estuviera viviendo en su cabeza, sacó un plumón de uno de sus bolsillos del chaleco, donde normalmente llevaría sus dosis pero ya las estaba digeriendo. Firmó el contenedor en la parte posterior con su identidad de super antes de presentárselo de vuelta. — Eres una salvavidas, bombón.
Del bolsillo inferior de su pantalón saco una licorera con algo de ginebra. —Creo que no será de tu gusto, pero peor es nada ..— la tiro para que la atrapase mientras se acomoda a su lado al tomar asiento. Le mira de reojo como cierto nerviosismo que hasta ahora simula bastante bien al no mirarle de frente.
Están haciendo un esfuerzo soberano por encabronarme. — Su trompa se debía a que tenían una orden de mantenerlos a todos sobrios durante la entrevista. — ¿Tienes algo para adultos escondido en alguna parte, chiquilla?
