— Ha firmado una infinidad de autógrafos antes, pero no era eso lo que haría. Sembró junto a la bota izquierda su pesado escudo con forma de águila, tomando en la izquierda la libretilla para comenzar a anotar unos números. Se le vió mover los ojos del papel a los ojos de Nicoletta tras escuchar su petición y, se despojó de aquel sangrón velo de mercenario en un bufido y diminuta sonrisa, volviendo la vista al papel. Se le vio hacer una corrección antes de entregarle la libreta junto con la pluma. — Mañana a las seis. No me hagas esperar. — La nota leía el número de teléfono que estaba utilizando Soldier Boy al momento, y estaba firmado "Papi" tras haber tachado el "Soldier Boy" que escribió originalmente. Sin más, tomó su escudo en mano y se marchó a las entrañas de la ciudad; pasaba desapercibido el "hombre muerto", o tan desapercibido como podía alguien de su tamaño. —