Por lo menos su cabello era largo y tapaba por completo su espalda e glúteos pero el frio estaba ciento insoportable ya. Al recibir aquel equipaje busco su ropa, levantándose de la arena para de ese modo colocarse su ropa íntima y un vestido un poco holgado junto con una chaqueta; miro entre sus cosas aquel paquete tan decorado que era el regalo para Siulem se lo daría cuando estuvieran más seguros __Lista __ Dio media vuelta para tomar del brazo a Siulem aún se notaba cansada pero ni de broma se alejaba de él.

Eso explicaba tal cansancio. Puedo recolectar un poco de feromonas en el camino, por lo que cuando nuevamente escucho que la llamaba, sus ojos comenzaron a abrirse lentamente, tomar su forma humana le tomaría cierto tiempo más que todo porque se acababa de despertar __H-hola de nuevo, uhmm e-entiendo y-ya voy__ Hablaba usando telepatía por lo que su voz se oía únicamente en la cabeza de Siulem; noto aquel cambio de ambiente y el sonido de una cascada lo que le indico que habían llegado a las tierras de Siulem. Adios bandidos hola ¿tigres? ¡Ay! Esto ahora como será.

Sacudió un poco su pequeño cuerpo para de ese modo hacer que el la soltara, se colocolo justo detrás de el para estirarse un poco; lentamente su cuerpo fue usando aquellas feromonas para volver a su forma humana quedando sentada sobre sus piernas __No voltees… pero me pasarías mi equipaje por favor __ Comento avergonzada mirando por sobre su hombro a su amigo (...)

Vivian paso casi todo el trayecto dormida, solo podía sentir una leve caricia constante y sin cansancio por lo que no le quedaba dudas que Siulem la estaba acariciando, eso y de vez en cuando ¿estaba trotando? Sea lo que fuera por lo menos no volvió a pasar lo mismo, el calor del cuerpo de Siulem la mantenía cómoda además que su pelaje la aislaba un poco de aquel viento del desierto aunque no la salva de que algunas partículas de tierra se hicieran presente en su pelaje. A veces y por instantes parecía que Vivian intentaba despertar abriendo uno de sus ojos, logrando de ese modo notar que su amigo había decidido optar por su forma humana; pero era golpeada nuevamente por aquel cansancio que le obligaba a volver a cerrar los ojos.

Ahora que lo pensaba Vivian no había usado ese tipo de curación desde que su madre la obligo a curar a uno a quien ella misma en un intente de liberarse de las ajugas lo mordió; si había mordido al punto de arrancar un pedazo de carne(..)

Estaba llorando; un poco mientras escuchaba aquellas palabras antes de haber curarlo ¿Por qué se sentía culpable? Pues había llamado la atención de personas peligrosas y por eso él se encontraba mal herido ¿No es suficiente? No dijo la mayor de las respuestas solo se quedó callada unos segundos antes de aquella explosión de feromonas la noqueara por completo __No quería que salieras herido…__ Sus ojos le pesaron como si tuvieran un plomo en cada uno de sus parpados de modo que no pudo mantenerse despierta.

Quedo más que visible aquel lado indefenso de la joven al estar de ese modo, muy poco se dejaba ver con ese aspecto porque ya habían tratado de tenerla como mascota, alimento o incluso hacer experimentos. Sin embargo al estar en el lomo de Siulem se sentía segura sabía que podía confiar en él además había tenido tantas oportunidades para comérsela y nunca lo había hecho, estaba bien estar de ese modo un rato(...)

No recordaba haber tocado nada tan sedoso en su vida, era una caricia para sus propios dedos.

Al cabo de unas horas, cuando aun la noche estrellada caía sobre sus cabeza con una claridad asombrosa, dejando ver la vía láctea como si de una pintura se tratara, visualizó unas luces a lo lejos. Una brisa de agua fresca y el tronar de unas cascadas le dieron la bienvenida. Su hogar estaba cerca.
Le gustaba volver, siempre era bien recibido, pero en esta oportunidad debía admitir que no estaba seguro de cómo saldrían las cosas.

—Vivian... —Murmuró acercándola a su rostro para que pudiera oírlo aún si no alcazaba mucho la voz. —Estamos por llegar. Lo mejor será que adoptes tu forma humana, así como estás eres demasiado tentadora. —Fue sincero, como coneja bastaba con que alguien de su pueblo perdiera los estribos y se la zampara de un bocado.

Sería imposible que no notaran que era una "presa", pero al menos como humana luciría menos apetitosa.

Miró hacia atrás, en dirección a donde Vivian yacía desvanecida, acunada en su pelaje a rayas. Una mueca suave se plasmó en el enorme rostro que hace unos minutos atrás había lucido feroz; una sonrisa.

Con cuidado se agachó, se llevó una pata hacia atrás y dejó a la coneja en el suelo. Tomó la túnica y acomodó los bolsos en el suelo y a los pocos segundos adoptó su forma humana, envolviéndose en la prenda. Se colgó los bolsos a la espalda y cargó a la pequeña criatura felpuda entre sus brazos, le era más fácil cobijarla así.

El resto del trayecto lo hizo rápido, a pesar de ir a pasos humanos, pues ya con sus energías recuperadas -gracias a Vivian-, el cansancio fue nulo. Por momentos corría, estrechando a la coneja contra su regazo, con toda la delicadeza que su cuerpo le permitía. A veces disminuía la velocidad, se aseguraba de que nada los acechara y luego continuaba. Con una de sus manos, sin darse cuenta, acariciaba el suave pelaje blanco (...)

Las feromonas de la coneja le transmitían con claridad las emociones que ésta sentía. Su temor, su preocupación, su tristeza y su... ¿sentimiento de culpa? Siulem no conocía personas que se sintieran tan culpables por el daño que otros sufrían, más aún si no era su culpa.

—¿Por qué te disculpas? —Preguntó extrañado, con la bolita de algodón sobre su lomo, mientras emprendía la marcha con una leve cojera. Jamás la culparía a ella, el daño lo habían ocasionado otros, de hecho, si lo pensaba desde esa perspectiva, él tenía la culpa de haber puesto en peligro la vida de la chiquilla, al invitarla a tierras hostiles.

Tenía contemplado explicarle que las heridas no eran cosa seria, que en unos días estaría bien, que no se sintiera mal, pero no alcanzó a expresar dichas palabras, pues lo que ocurrió a continuación lo dejó asombrado.

—¿Qué hicis..? —Su cuerpo se sentía ligero, sin dolor, sin cansancio. (...)

Dijo entre llantos, sollozos y gimoteos sus patitas comenzaron a dar uno que otro golpe suavecito, está temblando __P-perdon__ Se sentía culpable por todo lo acontecido, termino por hacerse nuevamente bolita en el lomo de él dejando que una Explosión de Feromonas se hiciera presente las cuales se encargaron de curarlo por completo pero al costo de que Vivian quedaría por unas horas en su estado animal por unas horas por haber agotado sus Feromonas pero al menos había ayudado a Siulem un poco había sido buena para algo.

“¡Vivian Deja de pensar! “ se regañó a si misma que estaba siendo su propio juez y verdugo en aquel momento, pero era totalmente entendible más miedo que por ella y lo que hubieran hecho le daba miedo que Siulem estuviera herido. Entonces salió de aquel trance en el que se encontraba por un sonido en particular uno que ya había escuchado antes ¿Eran los pasos de Siulem? Pero aun no quería salir sin no estar previamente segura; para su sorpresa este había metido su hocico y retiraba lentamente la capa de tierra hasta dar con ella, que alivio más grande el que sintió pero fue casi momentáneo cuando una ráfaga de aire le trajo aquel aroma de sangre “¡Esta herido!” sus ojos comenzaron a llorar sin parar cuando lo vio de frente. Intento hablar pero solo hizo un pequeño sonido de conejo para luego ser lanzada hacia su lomo __Y-yo…. Y-yo estoy b-bi-bien pero tu hueles a sangre….__ (...)

Sería que todo aquello había sido su culpa, se sentía tan culpable por lo que había pasado que se volvió aún más pelota hasta literalmente quedo como una algodón solo se le venía a la mente “Que Siulem esté bien, que venga y este bien” lloraba lo más bajo posible pero al parecer había molestado a aquella serpiente quien se retiró sin hacerle daño, por lo menos algo bueno dentro de lo que había acontecido. Las imágenes se venían a su mente como fotografías de lo que podría estar pasando sacudiendo cada minúscula parte de su ser.

Que impotente se sentía en aquel momento, ni siquiera pudo ayudar un poquito solo se echó a correr siguiendo las órdenes dadas por Siulem; podía comprender que no hubiera sido de mucha ayuda pero ¿y si, si? Para poder haber ayudado tenía que sangrar para que así su sangre envenenaría a aquellas personas ya que sabía que la podían haber mordido y causar el sangrado pero Siulem podría haber perdido el control al buscar poder ayudarle (...)